Buenos días, lectores. En la entrada de hoy os voy a hablar de una de las diosas más temibles y violentas del antiguo Egipto, la diosa leona Sejmet.
Representación
la diosa Sejmet o Sekhmet (de sejem, es decir, poderosa) era representada como una leona, o como una mujer con cabeza de leona. Sobre su cabeza porta el disco solar, que indica su relación con Ra, y el ureo o serpiente.
Puede aparecer con cuchillos en las manos cuando es representada como defensora y guía de los Justos de Voz (es decir, las personas que habían superado satisfactoriamente el Juicio de Osiris) ante los peligros del Mundo Inferior o Duat.
Sus orígenes se remontan al menos al Reino Antiguo, ya que aparece mencionada en los Textos de las Pirámides.
Hija del dios sol Ra
Junto con Maat y Hathor, era una de las hijas de Ra. Pero mientras que Maat representaba la verdad, la justicia y la armonía cósmica, y Hathor el amor, la belleza y el lado amable de la naturaleza, Sejmet simbolizaba la energía destructora del sol, las llamas con que aniquilaba a sus enemigos, causando espanto tanto en este mundo como en el Más Allá, donde se enfrentaba a la malvada serpiente Apofis, que cada día intentaba engullir a su padre, Ra.
Su relación con el sol se reflejaba también en su propio aspecto de leona, ya que en Egipto este animal tenía un simbolismo solar. De ahí que la famosa esfinge de Gizah tenga también cuerpo de león.
El mito del Ojo de Ra y la diosa lejana
Con el título de Ojo de Ra se hace referencia tanto a la diosa Hathor como a la diosa Sejmet. Como explicaré más abajo, esta diosa leona personifica el lado más agresivo y brutal de ciertas divinidades femeninas.
En su aspecto calmado y benéfico el Ojo de Ra es Hathor, la amable diosa con cuernos y orejas de vaca. Sin embargo, cuando se enfurece se transforma en Sejmet, la terrible diosa leona.
En el llamado mito de la diosa lejana, escrito en la tumba de Seti I y en diversos templos ptolemaicos, se nos relata esta historia: Según el mito de la creación heliopolitano, tras crear a los dioses, el dios del sol creó a los hombres a partir de sus propias lágrimas. Sin embargo, los hombres conspiraron contra Ra para destronarle; enterado de esto, el dios sol quiso tomar venganza contra la ingrata raza humana y decidió, junto con el resto de dioses, enviar a su hija, el Ojo de Ra, para exterminarlos.
Algunos de los traidores intentaron refugiarse en el desierto de Nubia, pero la diosa leona los siguió hasta allí y acabó con sus vidas.
El Ojo de Ra aparece ante tí, te devora, te castiga.
La extrema crueldad de su hija horrorizó tanto a Ra que, finalmente, se apiadó de la raza humana y, para evitar su completa aniquilación, tramó un plan para conseguir apaciguar a la fiera diosa.
Durante la noche, aprovechando que Sejmet dormía, los enviados de Ra recogieron ocre rojizo de Asuán y, tras entregárselo al sumo sacerdote de Ra en Heliópolis (la Iunu egipcia), se mezcló con 7000 jarras de cerveza. El resultado fue un líquido rojizo similar a la sangre, que los enviados de Ra vertieron sobre la tierra.
Al despertarse, la diosa lo confundió con un extenso lago de sangre humana y se lo bebió. Cuando acabó, se encontraba en tal estado de embriaguez que olvidó toda su furia asesina contra la raza humana, regresando a su palacio para recuperarse, convertida ya en Hathor o en Bastet.
¡Sejmet, Ojo de Ra! ¡Señora de protección para su creador! ¡Sejmet, llena los caminos con sangre! Matando hasta el extremo todo cuanto ve. Himno del templo de Edfú.
La fiesta de la embriaguez
A partir de este mito de la diosa lejana surgió la llamada fiesta de la embriaguez, en recuerdo de la treta urdida por Ra para aplacar a Sejmet. Anualmente, durante la estación de la inundación (Ajet), se celebraba esta fiesta para mantener calmada a Hathor y evitar que volviera a transformarse en la fiera Sejmet del mito.
El motivo de que se celebrara durante la inundación es porque se quiso establecer un paralelismo entre la marcha y posterior regreso de la diosa desde Nubia con la propia inundación anual del Nilo. Además, de la misma manera que los dioses derramaron el brebaje de cerveza teñida sobre la tierra, el Nilo también inundaba las orillas, volviéndolas fértiles.
Quizás la transmisión oral fuera del propio Egipto de este mito de la cerveza teñida de rojo, que fue confundido por la diosa con sangre humana, sirviera de inspiración para una de las famosas plagas bíblicas.
Estatua de Sejmet en Karnak |
Tríada menfita
Sejmet fue adorada en varios santuarios de Egipto, siendo los principales lugares de culto las ciudades de Letópolis (o Rehesu, en egipcio) y Menfis. En esta última formaba parte en el Reino Nuevo de una tríada divina (es decir, un conjunto de tres dioses compuesto por el padre, la madre y el hijo) junto con el dios Ptah, que era su esposo, y Nefertum, el dios del loto, que era hijo de ambos.
Tríada menfita: Nefertum (izquierda), Sejmet (centro) y Ptah (derecha) |
Diosa de la guerra y la medicina
Debido a su carácter colérico, Sejmet fue la diosa de la guerra, que acompañaba al faraón
en el campo de batalla para protegerlo de sus enemigos.
Por otro lado, era a un mismo tiempo la causante de las epidemias y enfermedades, y la patrona de los médicos. Sus sacerdotes formaban una casta de
médicos sanadores que utilizaban diferentes prácticas para
luchar contra las enfermedades, como el rito de apaciguar
a Sejmet,
a fin de neutralizar los poderes nefastos de la diosa. Y es que la magia y la medicina estaban tan estrechamente relacionadas en el mundo egipcio, que Sejmet fue llamada también experta en magia y los propios médicos eran considerados una especie de magos.
Como dije más arriba, la naturaleza colérica y fiera de esta diosa hizo que personificara los aspectos agresivos de varias divinidades femeninas como Hathor, Bastet y Mut.
En el mito de la diosa lejana hemos visto como Sejmet se transformó en Hathor o en la diosa gata, Bastet, una vez que se calmó tras embriagarse.
A partir del Reino Nuevo (1552-1069 a.C.), con el ascenso al trono de los faraones de Tebas, la diosa tebana Mut se añadiría a estas otros dos diosas como el aspecto pacífico de Sejmet. Sería en su templo en Karnak donde el faraón Amenhotep III mandaría colocar 600 estatuas de Sejmet para recuperarse de una enfermedad.
A pesar de todo, hay que decir que Sejmet era también una diosa benéfica, pues como ya he dicho no sólo protegía al faraón en la batalla y a su padre Ra de sus peligrosos enemigos durante el viaje por el inframundo, sino que también tenía un papel protector del difunto.
En este aspecto era llamada Señora
del Oeste, y
estaba relacionada con Bastet, Señora
del Este, y como tal era conocida como La dama de las montañas
de poniente. Además, poseía un lugar en la Sala del Juicio de Osiris y era guía
y protectora del difunto ante los peligros del Duat.
En definitiva, Sejmet era una diosa tan necesaria, como temible.
Bibliografía y webgrafía:
-FLETCHER, JOANN (2002): Egipto, el libro de la vida y la muerte. Ed. Círculo de lectores. España, Barcelona.
-CASTEL, ELISA (2001): Gran diccionario de mitología egipcia. Ed. Aldebarán. España, Madrid.
FLETCHER,
JOANN (2002): Egipto, el libro de la vida y la muerte. Ed. Círculo de
lectores. España, Barcelona. - See more at:
http://eltemplodeseshat.blogspot.com.es/#sthash.gl5gteeV.dpuf
- http://www.egiptologia.org/mitologia/panteon/sejmet.htm (consulta: 23 mayo 2015)