En egipcio per ankh, la llamada «Casa de la vida» del antiguo Egipto era un centro de enseñanza -algo así como nuestras universidades-, que estaba asociada a un templo, como los de Menfis, Tebas, Abydos, Amarna, Akhmin, Kopto, Esna o Edfú, pero seguramente todos los templos de cierta importancia tendrían una.
Estatua de Horus en el templo de Edfú |
En esta institución los alumnos recibían una enseñanza global y multidisciplinaria: matemáticas, historia, geografía, idiomas o religión, entre otras materias. También aprendían a leer y escribir jeroglíficos.
Aunque se enseñasen todos estos conocimientos, hay que decir que cada «Casa de la vida» era
reconocida por la excelencia de alguna especialidad concreta:
el colegio de Heliópolis era famoso por sus teólogos,
astrólogos, magos y ritualistas; del de Menfis destacaban los
médicos, arquitectos, escultores y artesanos, mientras que en el
de Hermópolis eran famosos sus matemáticos, literatos, escribas,
bibliotecarios y funcionarios reales, y el de Sais por sus
astrónomos, jueces o historiadores.
Además, al igual que en los monasterios medievales, en las «Casas de la vida» de los templos egipcios se realizaban labores de copia como, por ejemplo, del «Libro de los muertos», que luego eran vendidas, y de textos antiguos, con la finalidad de conservarlos.
También en ellas se elaboraron las distintas teologías y mitos, se compusieron los himnos sagrados y se redactaron libros de magia y litúrgicos, necesarios para la realización del culto a los dioses.
Escena del Libro de los Muertos. Anubis pesa el corazón del difunto |
En las «Casas de la vida», por tanto, se formaban una serie de profesionales como eran los escribas, médicos, arquitectos o sacerdotes. Estos últimos aprendían especialmente los textos sagrados, ya que una de sus labores sería la copia y redacción de ese tipo de textos.
Sacerdote |
Pero como el papiro era un material caro, los alumnos aprendían a escribir utilizando los llamados óstraca (ostracón, en singular), palabra griega que designa un fragmento de cerámica o piedra. Estos podían encontrarse por cualquier parte, de modo que era el material más adecuado para que los aprendices practicaran hasta alcanzar la perfección.
Ostracón de piedra caliza con restos de escritura hierática |
Los encargados de formar a los alumnos en las «Casas de la vida» eran principalmente sacerdotes, pero también podía haber laicos.
De hecho, esta institución estaba integraba por dos grupos de personas: por un lado, los
estudiantes laicos y, por otro lado, los discípulos, que eran
los únicos que residían en ellas de forma permanente y que
con el tiempo podían acceder a los sagrados «Misterios de la sabiduría», pasando a formar parte del clero de sacerdotes
iniciados.
El personal presente en esta institución estaba formado por personas altamente especializadas, tales como los ya mencionados maestros, además de oficiantes, ejecutores de los ritos, teólogos, artistas, médicos, exorcistas, etc. Es decir, en las «Casas de la vida» confluía el saber y se realizaban múltiples actividades.
«El ritual de las fiestas religiosas [...], la medicina y sus recetas, la astronomía para conocer el universo y el tiempo, la geometría y la matemática para calcular las proporciones de los monumentos, casi con toda seguridad se puede decir que tenían su centro motor en "la Casa de la vida". De ella, los arquitectos extraían los elementos teológicos para transformar simbólicamente el templo en una imagen cósmica; los escultores y los pintores aprendían a hacer las "imágenes vivientes" según las enseñanzas del dios Thot, que había enunciado las reglas de la creación artística; los exorcistas aprendían las fórmulas necesarias para los rituales mágicos contra los animales nocivos y los malditos; los artistas aprendían a adornar los lugares sagrados, las tumbas y los muebles religiosos y funerarios con aquellos elementos decorativos que diesen garantía de fuerza, de renacimiento y de estabilidad».
Vida cotidiana de los egipcios, F. Cimmino
La fama y el prestigio de estas escuelas fue tal en la Antigüedad que se sabe que extranjeros como Solón, considerado uno
de los siete sabios de Grecia, Pitágoras, Platón, o la célebre Hipatia acudieron a alguna de estas «Casas de la vida» egipcias.
Escena de la película Ágora, sobre la filósofa alejandrina Hipatia |
Las bibliotecas de las «Casas de la vida» eran llamadas «Casas de los libros». En la del templo de Edfú -que se conocía como la «biblioteca de Horus»-, aunque ya no se conservan todos los papiros que albergaba, sí lo hacen los nichos en los que se guardaban estos, así como sus títulos inscritos en la piedra del muro. Así, nos encontramos con obras tanto prácticas como esotéricas, por ejemplo:
- El libro de las regulaciones del templo y El libro de la lista de turnos de los guardias del templo.
- El libro para conocer los secretos del laboratorio, los detalles de las ofrendas de los dioses, las listas de las formas secretas del dios y las listas de las divinidades que viven en este templo y nunca abandonan este lugar era el manual destinado a aquellos sacerdotes que estuvieran aprendiendo la rutina sagrada del templo.
- Un manual de astronomía era Información sobre el aspecto de dos estrellas [el sol y la luna] y el regreso periódico de otras estrellas, que debió ser el consultado por los «sacerdotes de las horas» para determinar las fechas de los festivales religiosos.
- Para protegerse de las fuerzas malignas encontramos obras como El libro para la realización de rituales de protección de la ciudad, las casas, la corona blanca y el año.
Probablemente las bibliotecas tuvieran también obras científicas y literarias, a juzgar por las obras astronómicas, de medicina o sapienciales encontradas en el santuario de Tebtynis, en El Fayum.
Hay que decir que el acceso tanto a estas bibliotecas como a las «Casas de la vida» estaba reservado a la élite intelectual del país (escribas, médicos, sacerdotes o artistas), quedando excluidos los miembros del pueblo llano.
Estatua de un escriba y el dios Thot |
Además de su labor como centros de enseñanza, las «Casas de la vida» también eran el lugar donde se elaboraban, copiaban y restauraban obras religiosas y científicas, como ya hemos visto. Pero los textos egipcios también nos hablan de otras funciones: una era la de archivo, ya que en ellas se conservaban anales del reino y de los templos que estaban a disposición de personas autorizadas para ello. Por ejemplo, en tiempos del faraón Ramsés II se consultaron los archivos para conocer el camino más fácil a las minas de piedra bekhen, que se mencionaban en los relatos de expediciones anteriores. Además, esta institución podría haber servido también de registro de vecinos. Un texto conservado nos dice lo siguiente:
«Parí a este niño que está frente a ti, le pondré el nombre de Merab y lo inscribiré en el registro de la Casa de la vida».
El objetivo de esto era establecer el horóscopo del recién nacido basándose en el día del nacimiento.
Otra función posible era la de sanatorio, pues no hay que olvidar que era en estas «Casas de la vida» adscritas al templo donde se formaban los futuros médicos, que tenían como patrona a Sekhmet, la diosa leona; la magia, la religión y la ciencia eran un todo indisoluble en el mundo antiguo.
Escriba sentado. Museo del Louvre. Fuente: wikipedia |
«Se puede afirmar con casi absoluta seguridad que la «Casa de la vida» era cenáculo de sabios, teólogos, eruditos y científicos».
Vida cotidiana de los egipcios, F. Cimmino
Bibliografía y webgrafía:
- CIMMINO, Franco (2002): Vida cotidiana de los egipcios. Ed. Edaf. España, Madrid.
- FLETCHER, Joann (2002): Egipto, el libro de la vida y la muerte. Ed. Círculo de lectores. España, Barcelona.
-La casa de vida. Egiptomanía. Barcelona: Planeta DeAgostini, 1997, volumen 3, pp. 548-549
Muy interesante estos centros del saber. Gracias Isabel.
ResponderEliminarGracias a ti, Rafael. Un saludo :)
EliminarIgualmente para ti, Isabel, un cordial saludo.
EliminarExcelente!!!
ResponderEliminarGracias, Nelly. Un saludo
EliminarEl ser humano desde la antigüedad tiene la curiosidad de conocer y estudiar y parece ser que sabemos mucho pero desgraciadamente aprendemos poco. Enhorabuena por esta nueva publicación.
ResponderEliminarGracias y enhorabuena Isabel ;-)
Gracias a ti como siempre, Mariano :)
EliminarMe encanta tu blog y todo lo que tenga que ver con egipto. Te he nominado a un premio en mi blog: http://cosmeticadelos.blogspot.com.es/2015/05/premio-aktivigi.html
ResponderEliminarBesitos.
Muchas gracias, voy a echarle un vistazo. Un saludo
EliminarMuchas gracias¡¡ Muy bien explicado.
ResponderEliminarGracias a ti, gap. Un saludo
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