domingo, 14 de diciembre de 2014

Crítica de "Exodus: dioses y reyes"


Buenas noches, amigos. Hoy he visto Exodus: dioses y reyes, y he querido dejaros mi particular crítica sobre esta película de épica bíblica protagonizada por Christian Bale y dirigida por Ridley Scott. Os advierto que está repleta de spoilers, aunque esta historia está más vista que el tebeo y poco nuevo puede haber, os lo aseguro.
La película comienza con una voz en off diciéndonos que los esclavos hebreos llevan 400 años en Egipto construyendo sus monumentos, sus ciudades y su gloria. Luego vemos imponentes estatuas y pirámides, repletas de andamios, construidas por harapientos esclavos que son -cómo no- azotados con látigos (sobre la esclavitud y los constructores de pirámides ya hablé aquí y aquí).
Después, la trama nos sitúa en el palacio de Menfis en tiempos de Seti I. Pero como no queda tan guay en pantalla recrear un palacio egipcio realista, en su lugar tenemos uno de dimensiones colosales, más parecido al templo de Karnak que al aspecto real que tendría la residencia de un faraón. Este es un fallo habitual en las películas sobre el antiguo Egipto, pero la verdad es que los palacios y las casas estaban construidos con ladrillos de adobe, es decir, de barro secado al sol, por lo que difícilmente se verían los pedruscos que forman los muros de este palacio hollywoodiense, con columnas del tamaño de las de la sala hipóstila de Karnak. 
A continuación, aparecen varios personajes sentados a una mesa -alta como las que tenemos hoy en día, aunque los egipcios  usaban mesas más bajas-. Son el faraón y sus generales, que comentan preocupados una posible invasión hitita de Egipto; como si los hititas estuviesen justo al lado, y no en lo que ahora es Turquía...  
Todo esto lo discuten con unas hermosas vistas de fondo a una pirámide escalonada, justo al lado del palacio -¿Será la de Zoser en Saqqara? ¿U otra que se han sacado de la manga?-, en cualquier caso, nunca podría estar tan cerca del palacio. Pero supongo que al director le pareció que quedaba muy guay así. 
El faraón, su hijo Ramsés, Moisés y otros miembros de la corte asisten después a la lectura de las entrañas de un ave para predecir el porvenir del enfrentamiento inminente con los hititas, que están acampados a las afueras de Qadesh (o sea, en Siria). 
Mención especial merecen las pintas de la supuesta sacerdotisa de Sejmet,
que tiene un peinado digno de Marge Simpson. En otro momento incluso luce la corona de Nefertiti, que fue exclusiva de esta reina en toda la historia de Egipto (con un par de... narices). ¿Tan difícil era ponerle una peluca negra larga? Por si fuera poco, el faraón se moja el dedo en la sangre del pajarraco muerto y se lo chupa, en un ritual sacado directamente de la imaginación de los guionistas del señor Ridley Scott. 
Antes de partir a la batalla, Seti les regala a sus hijos dos preciosas espadas… ¡De hierro! Pero ¿no estamos aún en la Edad de bronce? ¿No eran precisamente sus enemigos, los hititas, quiénes empezaban a usar armas de hierro? Sí, pero conseguir que en una película de Hollywood se respeten cronológicamente las Edades de los Metales es una utopía. 
En cuanto a las ropas de los cortesanos, siempre he leído que los egipcios usaban el lino para confeccionar sus vestidos, principalmente de color blanco. Cualquier egiptomaníaco está harto de ver egipcios representados con dicha vestimenta en estatuas y relieves. Pero en esta película usan unos colores, tipos de tela y efectos dorados y tornasolados que ya los quisieran Victorio y Lucchino para su taller de alta costura. Puede que Sigourney Weaver no luzca igual con un vestido blanco que si va embutida en una tela digna de una burbujita de Freixenet, pero una esperaría un poco de fidelidad histórica. Qué ilusa. 
Así vestían las egipcias para ir a comprar el pan.
En cuanto a los tocados que le han colocado a la pobre señora Weaver, son dignos de una tienda de disfraces o de una bailarina exótica del Moulin Rouge. Lo de pobre es metafóricamente, porque a saber la millonada que le habrán pagado por vestirse de mamarracha y permanecer más estirada que el palo de una escoba -será para darle un aire más regio a su personaje, no lo sé-. 
"Ridley, ¿esta cara es suficientemente egipcia?"
Mientras Moisés y Ramsés salen del palacio se nos ofrece una vista a vuelo de pájaro de la ciudad de Menfis. Aquí el director pretende hacer alarde de las cosas tan chupi guays que puede hacer con el ordenador y cagándose en los libros de historia. De Menfis, actual Mit Rahina, apenas quedan 4 estatuas en un museo al aire libre, por lo que no se sabe realmente qué aspecto tenía la ciudad, y se puede dar más rienda suelta a la imaginación, en eso estoy de acuerdo. Pero lo que no puedes hacer es meter cuatro o cinco pirámides justo al lado de la ciudad, o incluso dentro de la misma. Y peor aún, situarlas en ambas orillas del Nilo, cuando en realidad los egipcios construían estos monumentos funerarios en necrópolis de la orilla occidental -que era la tierra de los muertos, porque el sol se pone por el oeste-. 
En cualquier caso, la capital durante la mayor parte del Reino Nuevo (época en que vivieron Seti y Ramsés), fue Tebas y, posteriormente, Per-Ramsés con Ramsés II; al menos podrían haber sido fieles a esto. 
El flamante Ramsés y su hermano postizo Moisés desfilan orgullosos en sus carros, con sus uniformes de guerra reluciendo al sol. Pero de nuevo hay varios fallos: Moisés en esta parte de la trama aún se considera egipcio, por tanto ¿cómo es posible que un egipcio llevase esas barbas? Los antiguos egipcios consideraban que el pelo era algo impuro, y solo los bárbaros extranjeros llevaban barba; por tanto es incoherente que un príncipe de Egipto lleve esas pintas. En cuanto al peto con animales mitológicos que lleva el amigo Moisés, esas representaciones mitológicas no son para nada egipcias. 
Soldados egipcios. Porque lo pone en el cartel, que si no...
Ramsés metiendo miedo al enemigo
Más correcto, dentro de lo que cabe, es el atuendo de Ramsés (botas y grebas aparte, que los egipcios no usaban), aunque el exceso de oro le hace quedar ridículo más que regio. 
Pero ¡Ay Ridley! ¿Tú te has dado cuenta del yelmo (de nuevo otro fallo, pues los egipcios no lo usaban) que le has colocado al pobre Ramsés? Os lo explicaré sencillamente:
Domino el Photoshop, lo sé.
Si Ramsés II se hubiera presentado en la batalla de Qadesh, o en cualquier parte, con el tocado que lleva al principio de esta película, sería el equivalente del antiguo Egipto de ver hoy día al rey Felipe VI con una pamela de su señora en un acto oficial. 
El tocado de la diosa buitre Nejbet es el tocado típico de la Gran Esposa Real, o sea, de la reina.
Nefertari con el tocado de Nejbet
Así que el pobre Ramsés interpretado por Joel Edgerton parece más una reinona del carnaval canario que un faraón de Egipto. Más les hubiera valido ponérselo a la reina “palo de escoba en el culo”, en vez de las diademas de lentejuelas propias de un bazar chino. 

En este sentido estaba más correcto Yul Brinner en Los Diez Mandamientos, luciendo la corona de guerra o corona azul: 
Que una película de hace 60 años tenga mejor asesoramiento histórico no habla muy bien de esta nueva versión.
En cuanto a la batalla de Qadesh, aunque hubo varios enfrentamientos entre los egipcios y los hititas por poseer esta ciudad, la famosa batalla de Qadesh -que imagino es la que se intenta representar en la peli-, tuvo lugar en el quinto año de reinado de Ramsés II; otro fallito cronológico más.
Por mucho que se le intente dar veracidad histórica mencionando a las divisiones de Ra, Ptah y Seth (la de Amón debió quedarse por alguna taberna del camino) si después sale todo el ejército montando a horcajadas en los caballos la fastidias. La caballería egipcia, al igual que la hitita, no estaba formada por jinetes, sino por carros de guerra (con un auriga y un arquero en el caso egipcio). Nunca se ha representado a Ramsés en batalla montando en caballo. 
Ramsés II y sus hijos mayores luchando contra los nubios. Templo de Beit el Wali.
El desarrollo de la batalla de Kadesh, por supuesto, poco tiene que ver con lo relatado en el célebre Poema de Pentaur, donde este escriba nos narró hace más de 3000 años cómo fue la famosa batalla entre Ramsés II y el rey hitita Muwatallis II. Tampoco aparece la captura de los espías sashu que engañan al faraón sobre la posición del ejército hitita, ni los dos soldados hititas que revelan la trampa. Claro que los supuestos hititas de esta película podrían ser asirios, o sarracenos, o de alguna ciudad de Juego de tronos, porque de hititas tienen poco.
Por otra parte, en lugar de ser las tropas naharinas las que salvan el pellejo a Ramsés en el último momento, en la película es Moisés, él solito. 
Una vez de vuelta en Menfis, y bien limpitos de la mugre del campo de batalla -aunque Moisés sigue empeñado en no afeitarse- el faraón y su hijo adoptivo hablan, al tiempo que el sediento Seti bebe algo ¡de una copa de cristal transparente -el cual todavía no se fabricaba, pero ¿quién se va a dar cuenta? 
El viejo Seti le dice a Moisés que confía más en él como líder que en Ramsés. Vaya, lástima que Ramsés fuera preparado desde niño para reinar (¿A alguien más le recuerda a la situación vivida entre Máximo, Marco Aurelio y Cómodo en Gladiator?). 
El dios niño Ihy.
En la escena siguiente un escriba les relata lo que se va a escribir sobre la batalla en los muros del templo, imagino. Pero lo que llama la atención de esta escena es el hecho de que un señor de cierta edad tenga la típica “coleta de la infancia”, por lo que el pobre señor escriba está bastante ridículo. 
Poco después, otro sirviente informa al faraón de que hay problemas con los esclavos en Pitón (ciudad egipcia solamente mencionada en la Biblia), y Seti le encarga a Ramsés ocuparse de la situación, aunque a este no le agrada mucho la idea.
Él prefiere restregarse serpientes por el cuerpo. Sí, en serio; en la escena siguiente aparece haciendo eso precisamente ¿A que no adivináis qué tipo de serpiente es? ¡Una pitón! JA JA JA JA ¿No es super ingenioso y gracioso? Qué cachondo el Ridley Scott. Seti manda a su hijo a Pitón y en la escena siguiente se está restregando una por el cuello, qué exótico, qué ingenio, que…¿Qué mierda es esto? ¿Por qué querría nadie tener una especie de bañera llena de bichos de esos en su casa? Claro, los egipcios, que son muy pérfidos ellos. 
Soy una privilegiada, me he restregado por el cuerpo de Ramsés II el Grande. Ahora puedo ir a Sálvame a contarlo...
Después de esta memorable escena, la trama nos lleva a Pitón, que es la Mordor del antiguo Egipto, en la que hay unos señores esclavos harapientos y famélicos llenos de mugre, y camellos por todas partes, a pesar de que no se introdujeran en Egipto hasta varios siglos después; estos deben ser unos pioneros, o algo así, unos adelantados a su tiempo dentro de la raza de los camellos.
El regente (¿?) de Pitón es un señor de ojos azules rebozado en maquillaje oscuro que vive en un casoplón de la hostia, con un peinado extraño que no sé ni cómo describir, y que dice cosas como que en pleno siglo XIV a.C. la gente vive demasiado (esperanza media de vida para la época: 30-40 años). Él sabrá, que para algo es regente y vive en un casoplón de la hostia. 
Como los esclavos están aumentando en número quiere más soldados para protegerse de una posible insurrección, o empezará a matarlos. Claro, coño ¿Cómo no se les ocurrió esto mismo a los egipcios cuando empezaron a asentarse los hyksos en Egipto unos siglos antes? 
Moisés va entonces a inspeccionar el percal (ya que Ramsés es un nini y ha pasado de ir a Mordor) y ve a un egipcio azotando a un hebreo, quien, a pesar de la profundidad de sus heridas y la roña que lleva a cuestas, no morirá de septicemia. 
Josué, tranquilo, que aunque vivas en la inmundicia y te bañes una vez al año no se te va a infectar la herida. Si en el fondo te doy con el látigo porque me gustas, como hace el Christian Grey ese...
Como todo el mundo sabe, los egipcios, a pesar de ser una de las civilizaciones con la arquitectura más imponente y espectacular de todos los tiempos, eran unos gandules que sólo sabían azotar y no construían sus propios monumentos. Que sí, que no había albañiles, ni picapedreros, ni escultores egipcios; o eso dice la película. 
Para cuando Moisés vuelve al casoplón del regente se produce otra escena memorable, y es que este se le insinúa descaradamente (hasta le pone ojitos), y le pregunta si hay alguna forma de complacerle (¿?).
Después viene lo que todo el mundo que se haya visto una o dos películas del éxodo sabe: A Moisés le dicen que en realidad es hijo de judíos y que fue salvado de las aguas por la hija del faraón cuando este ordenó matar a todos los varones judíos. Seguro que esto tiene que restar puntos para alcanzar la Otra vida en el juicio de Osiris, ¿no crees, Maat? 
Maat dice: "Matar niños está mal"
Pero Moisés no cree semejante revelación, aunque la idea le ronda en la cabeza y no le deja en paz bla, bla, bla.
Y llegamos a uno de los momentos más “a tomar por culo el libro de Historia de Egipto” de toda la película. Porque en este film parece que la línea del tiempo importa un pepinillo en vinagre: El faraón Seti muere, es momificado, su sucesor practica el ritual de apertura de la boca, etc. La gente que no haya visto la peli pensará: ahora Ridley Scott, con ese presupuesto de la leche, nos habrá recreado KV17 (la tumba en el valle de los reyes de Seti I) que dé gusto verla. Pues no. Seti I es enterrado en Abu Simbel. ¿Que es un templo y no una tumba? ¿Que fue construido por su hijo varios años después de que Seti muriera? Pero ¿eso a quién le importa? Ah, tampoco está policromado, por supuesto.
La tumba de Seti I, según la película
Ramsés, por tanto, es coronado como nuevo rey de Egipto ¿Que si le ponen la corona doble, del Alto y Bajo Egipto? Pero ¿eso qué es, se come? 
"Pues yo sí que la llevaba" ¡Punto para Yul!
Luego, como todo el mundo sabe, Ramsés inicia un ambicioso proyecto de construcción por todo Egipto. Así que está con sus arquitectos mirando una maqueta que parece representar una especie de avenida con esculturas a los lados, las cuales (os lo juro) son idénticas a las figuritas que regalaban hace años con los fascículos de Egiptomanía
¡Para que luego digan que no sirven para nada las figuritas de los fascículos!
¡Están todos! Horus, la estatua-cubo, Anubis…¡Incluso Nefertiti! JUAJUAJUAJUAJUA. La reina hereje en pleno reinado de Ramsés II, ¡Con dos cojones! 
Por lo que se ve Ridley Scott también hizo esta colección, pero su mujer, harta de que no hicieran más que estorbar, le advirtió que se las llevara de la casa, y Ridley les encontró un buen lugar: el plató de su nueva película. 
Somos famosos. Nosotros también hemos salido en una película de Ridley Scott, ¿Qué te creías Rusell Crowe?
Por supuesto, Ramsés también se va a hacer una pirámide, a juzgar por otra de las maquetas ¿Que llevaban siglos sin construirse para la realeza? Pero ¿aquí quién es el faraón? Pues eso. 
Uno de los extras de la batalla de Qadesh
Pero entonces llega el regente, le vuelve a echar miraditas a Moisés, y le informa al faraón de que unos hebreos le han contado que Moisés también lo es. Se produce entonces un enfrentamiento muy dramático entre Ramsés, Moisés y la madre de este…, o al menos sería dramático si no apareciera en escena la “palo de escoba en el culo”, digo, la reina Tuya, con un tocado que acaba de comprarse como souvenir en un viaje turístico por las pirámides mayas.
Como en esas épocas no existían las asociaciones protectoras de animales podías matar un pavo real y hacerte fabulosos complementos sin que nadie protestase. Cuidado con las antorchas, Sigourney, que eso tiene que arder que da gusto.
 
Porque esos plumones son propios de un tocado maya o azteca, solo le falta un poco de jade para ser Sigourney Weaver pretendiendo ser una maya, en lugar de Sigourney Weaver pretendiendo ser una egipcia. 
Inspiración para el tocado de Sigourney Weaver. Qué importa que sean épocas y culturas distintas, lo importante es estar fabulosa.
Entonces, como nadie se aclara sobre si Moisés es hebreo o no, Ramsés manda llamar a Miriam para interrogarla. Porque parece ser que ser hebreo es una vergüenza o algo por el estilo, aunque los antiguos egipcios no fueran prejuiciosos con el origen de las personas (recordemos que se llegaban a casar con esclavos liberados, de origen extranjero); pero los hebreos deben ser la excepción, no sé por qué… Total, que se descubre todo el percal: Moisés es hebreo, Miriam es su hermana y Ramsés un tirano que ha estado a punto de cortarle el brazo a esta durante el interrogatorio, con unas técnicas propias de la Inquisición de Torquemada.
Vamos a comprobar si el afilador ha hecho bien su trabajo
Entonces “palo de escoba en el culo”, digo Tuya, después de media película se da cuenta de que tiene que hacer aquello por lo que ha sido contratada, es decir, actuar, en vez de poner caras de señora estirada, y le dice a Ramsés que debe matar a Moisés por traición.
El trabajo de Sigourney Weaver se reduce prácticamente a esto: estar estirada como un palo, no abrir la boca y estar fabulosa. La mujer florero en estado puro.
Con el dinero que le han pagado a la Weaver para decir básicamente Moisés es malo, hebreos caca, debes matarle, Ramsés, mejor que hubieran invertido el dinero en contratar (de verdad) a un egiptólogo que les asesorara. 
Pero a pesar de lo que diga su madre, con toda la malicia de una villana de telenovela, Ramsés no termina de creer el supuesto origen de Moisés y se niega a matarlo (de momento). 
Entonces, la película nos lleva delante de la Esfinge de Gizeh  -la debieron sacar del atrezzo de aquella película de Asterix y Cleopatra con Monica Bellucci- y nos cuentan que la madre de Moisés y Miriam han sido desterradas o algo así. Entonces hablan con Moisés y le confirman que, efectivamente, es hebreo; y lo hacen delante de la esfinge de Gizeh, no sé, porque queda chulo o algo así. 
Entonces Moisés tiene una terrible crisis existencial y se va a recorrer el desierto canario desierto egipcio, a caballo, hasta llegar al mar Rojo. Allí conoce a su futura esposa, Séfora, (que debe ser la dueña de las perfumerías del mismo nombre) y que tiene una dentadura poco realista para la época y el contexto en el que vive.
Séfora ha donado generosamente los productos de maquillaje de su cadena de perfumerías para hacer un poco más egipcios a los actores anglosajones.
Entre cabras y chozas de barro (y en aproximadamente dos minutos de película) surge el amor, muy romántico todo, y se terminan casando por el rito de las tribus del desierto, que es como el zulú, pero sin pechos al aire. Sinceramente, había más química sexual entre Moisés y Ramsés que entre el hebreo y su nueva esposa. Y como entre ocuparse de sus cabras y yacer con su esposa (¿O era al revés? Da igual) a Moisés se le va todo el tiempo, se olvida por unos años de los hebreos esclavizados. 
Mientras tanto en Egipto, Ramsés, como toda persona que se mete en obras en su casa, tiene muy mala leche porque los obreros no  terminan nada a tiempo.   
Moisés tiene un hijo, que se parece a él lo que un huevo a una castaña, con el que suele hablar de una montaña sagrada propiedad de Dios, a la que no se puede subir. Y como Ridley Scott es muy moderno para lo que quiere, Moisés y Séfora discuten sobre si darle una educación religiosa o no a su hijo (¿Pero esto no estaba basado en la Biblia?). No obstante, la forma de ver el mundo de Moisés cambia cuando, tras una tormenta, tiene una caída muy aparatosa y ve una zarza ardiendo. Puede ser producto del traumatismo craneoencefálico que le ha causado el pedrusco que le ha caído en la cabeza, pero es más profundo decir que es Dios, que se le ha aparecido de esa forma. Sin embargo, como eso de que te hable una zarza ardiendo es un poco risión representan a Dios como un niño grimoso lleno de roña y con una mala leche del copón, que le dice a Moisés que necesita un general para pelear; a tomar por culo el amor al prójimo y todas esas chorradas. 
Entonces, como cualquiera en su sano juicio haría, Moisés se fía del niño grimoso, deja a su mujer y su hijo y se va de su casa a liberar a los israelitas. Muy lógico. Y la pobre Séfora se queda como cuando a la mujer de Manolo este le dijo que se iba a por tabaco, y todavía no ha vuelto.
Moisés se reúne en Egipto con sus hermanos, por lo visto sin que los guardias de las fortalezas de la frontera le pongan impedimento alguno. Resulta curioso cómo en el primer encuentro entre Moisés y Ramsés el primero le reclame por el mal trato dado a los esclavos, alegando que son egipcios y que deberían tener derechos iguales a los demás, por lo tanto. Pero, mi roñoso Moisés, es que eso ya lo tenían (en el antiguo Egipto real). Claro, Moisés; estás desinformado, y eso te pasa por fiarte de un niño grimoso y sádico al que has visto después de despeñarte por una montaña. 
Ramsés, razonando, alega que supondría un perjuicio económico liberar a los esclavos hebreos (a los otros que les den por donde no da el sol, ¿verdad Moisés? Vaya un dios más selectivo). Pero este razonamiento es errado, pues la economía egipcia en absoluto dependía de la mano de obra esclava hasta tal punto; en Egipto nunca tuvo el peso que en otras sociedades como la romana o la griega. 
Moisés, desgraciao ¿Qué pasa con nosotros?
Como Ramsés es un tirano que, en su empeño por capturar a Moisés, mata a los esclavos como quien da un manotazo a un mosquito tocapelotas, los hebreos, lejos de resignarse y llorar y tirarse de los pelos como en versiones más antiguas, montan un ejército de la leche, con entrenamiento militar y todo, y le montan una insurrección al faraón en menos de lo que se persigna un cura loco (como diría mi abuela). 
Pero para el niño grimoso y sádico (también conocido como Dios) esto no es suficiente ¡Él quiere Sangre! Al más puro estilo de los dioses mesopotámicos en los que está realmente inspirado. Y así tenemos una escena totalmente gore y desagradable (como en un telefilm de Antena 3 sobre pirañas asesinas, o algo así) en la que unos cocodrilos especialmente gordos se ceban con unos pobrecicos pescadores (que digo yo qué leches le habrán hecho a Dios, si ellos solo iban a pescar para ganarse el pan. Pero como no sois hebreos, pues os jodéis). Esta carnicería cocodrila da como resultado la primera plaga, la de la sangre en el Nilo.
Cleopatra tenía sus baños de leche, pero no hay nada como la sangre de pescador destripado para el cutis.
Luego vienen los simpáticos batracios. Y Ramsés le pega un grito para que se calle a Nefertari, que (comprensiblemente) grita como una loca al despertarse rodeada de este pegajoso animalito. Pero no deja de ser un comportamiento poco coherente por parte de Ramsés hacia una mujer de la que luego diría en una inscripción en Abu Simbel: “aquella por la que el sol sale”. No deben saber esto Ridley Scott ni sus guionistas (recordemos que han tenido los huevazos de enterrar a Seti en dicho templo). Me fastidia que la relación entre estos dos personajes sea totalmente fría, y que para el papel político tan importante que debió jugar la reina Nefertari, en la película apenas aparece. Pero claro, poner al villano como una persona que puede tener sentimientos de amor hacia otra, no les entraba en la cabeza al director y sus guionistas...
Ramsés, dime la verdad, a ti quien te gusta es Moisés. Pobre "Nefer".
Después se desencadena una plaga tras otra, a cada cual más asquerosa, el faraón cada vez es más tirano, un sacerdote egipcio le da explicación a cada una bla, bla, bla
Los chinos también sufrieron las plagas del antiguo Egipto
Y tras mucho efecto especial por ordenador se llega a la última: la muerte de los primogénitos. Pero al menos dos cosas no cuadran: En primer lugar, el propio Ramsés debería haber muerto, pues fue el heredero de Seti I precisamente por ser su primogénito. Y en segundo lugar, el primogénito de Ramsés II, el príncipe Amonherkhepesef (Amón para los amigos), murió en la edad adulta, no siendo un bebé.
Pero, lo que es más importante ¿realmente merece la pena matar a unos niños para liberar a otros, en el antiguo Egipto o en la actualidad?... 
El faraón se pone muy triste por la pérdida de su niño y suelta la única frase coherente de toda la película “¿Qué clase de fanáticos adoran a un dios que asesina niños?” Así que poco menos que manda a tomar por culo a los hebreos, que tardan poco en poner pies en polvorosa, pero sin cantar bellas canciones ni tocar la lira como en películas anteriores. 
Nefertari, que se ha quedado medio alelada por la pérdida, acuna una cuna vacía y Ramsés le da vueltas en la cabeza a su decisión. Finalmente, decide cargarse a los mugrosos esclavos y sale tras ellos, que a falta de GPS se han perdido y están atrapados entre el mar Rojo y el ejército del faraón. Entonces sale una escena similar a los momentos previos al desastre de Lo imposible con gaviotas huyendo tierra adentro y el mar retirándose hacia atrás, y justo aquí la película dejó de cargar. Pero como ya estaba hasta la punta de la pirámide de hebreos, plagas, tiranos y niños grimosos, y como ya sé como acaba todo esto, ni intenté volver a cargar la página (sí, la vi por internet, y doblada en español sudamericano JA, JA). 
Así que, basándome en las 200 versiones que ponen cada año en la tele por Semana Santa, imagino que el mar se abre/ se retira/ se teletransporta a Urano -no lo sé-, los hebreos pasan, el ejército del faraón queda atrapado y se ahogan, los hebreos dicen ¡Bien! cuarenta años a vagar por el desierto (lo que supondría andar menos de cien metros al día, normal que Ramsés estuviera cabreado porque no le terminaban las cosas a tiempo) y a comer maná, que vaya usted a saber lo que es, pero teniendo en cuenta la mala hostia del niño grimoso probablemente sean las típicas gachas grumosas con tropezones, que prefieres no saber qué son, que le dan de comer en las pelis al Conde de Montecristo.
No obstante, hay que decir que Ramsés II no murió ahogado en el mar Rojo; murió a los 90 años por la septicemia que le produjo una muela en mal estado. Además, en la Biblia en ningún momento del Éxodo se menciona el nombre del faraón. De modo que situar este pasaje bíblico en el reinado de Ramsés II el Grande no tiene ningún fundamento. Ah, y era pelirrojo. 
Vamos, que prefiero a Yul Brinner; y la peli de Gladiator. Ridley, para hacer esto mejor no hagas nada. Si acaso una nueva colección por fascículos de, qué se yo, el Queen Mary. Porque me lo he pasado mejor escribiendo la crítica que viendo la película.
"Por Amón, qué habré hecho yo para merecer esto. No conozco a ningún Moisés".
En definitiva, algo falla en Hollywood cuando hasta una serie de dibujos animados de hace casi veinte años tiene más fidelidad histórica que sus películas, y no lo digo solo por esta.

Nota: 4.
Lo mejor: la frase de Ramsés.
Lo peor: ya lo he dicho en esta parrafada, más larga que la Biblia en verso (nunca mejor dicho), tan larga como la película, que es como cuando comes un filete de ternera sin salsita ni agua, y se te hace una bola en la boca que ni para atrás ni para adelante. Pues así es esta película.
Cara de Charlon Heston después de ver la peli (desde el cielo)


19 comentarios:

  1. Después de leer todo creo poder afirmar que hay ahí un par de nominaciones a los óscars... vestuarios y guión... por lo menos ;)

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  2. Pues no sé si se llevará Oscar o no, quizás sí por el renombre del director. Pero desde luego si hubiera "Oscars egiptológicos" no se llevaba ninguno xD

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  3. Tienes razón, muy mala la película.
    Los diez mandamientos, hecha hace 60 años, mucho mejor, por eso siempre será la mejor película, amé tu nota, excelente !!!!!

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    Respuestas
    1. Lo malo de esta película no son tanto los fallos históricos, que al fin y al cabo siempre hay, sino que no cumple su principal función, que es entretener. Se hace larga y pesada. La momia también tiene muchos errores, pero al menos es divertida.

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  4. Seguro que se lleva casi todos los Óscar, sobre todo al mejor guión adaptado y mejor montaje, … pero no el del mejor guion original … veremos cuáles se lleva.

    Además siempre podrás ir a "Sálvame" a contarlo ... como la pitón albina ;-)

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  5. Algún Oscar seguro le cae, a este tipo de películas siempre les dan alguno. A sálvame no voy ni borracha Mariano, menuda panda xD. La pitón albina que haga lo que quiera, seguro que entre esas víboras se sentiría como en casa ja, ja.

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  6. Jajajaja me he reído un montón con tu crítica, genial. La peli es un bodrio.

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  7. Gracias Egyptjaja, me alegra que hayas pasado un buen rato leyéndola. Al menos así se hace un poco más llevadero el aburrimiento de haber visto esta película tan pesada, sobre todo para quienes hayan pagado por verla en el cine o_o

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  8. Cuchiiiii que me ha encantado, tu blog y esta entrada. Lo que me he podido reír! Ayer vi la peli y sali horrorizada! ....y mira que nos gusta un Egipto....Enhorabuena y sigue así que tu vales mucho! Un besazo guapa! De tu compi de carrera.

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    1. Muchas gracias, Celia. Me alegra que te guste el blog, un besito, compi de carrera je je ;)

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  9. Llego y me encuentro la mejor crítica a esta película que he leído.
    Me ha encantado el blog.
    Enhorabuena.

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    1. Gracias, me alegro de que te haya gustado el blog y la crítica :)

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  10. Grandiosa crítica....muy buena, y una panzada de reir

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    1. Muchas gracias, Javier. Me alegra que te haya gustado ;)

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  11. Jajajaja muy buena la crítica, me he echado unas risas, y muy bueno tu Blog, es admirable como conoces la cultura egipcia.

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  12. Jajajaja,q risa me dio leer la crítica,y sobretodo donde dijiste q la viste traducida a un español sudamericano,me imagino q debe ser tipo argentino no? Sería como verla x acá traducida al español de España q gracioso habrá sido verla así,tanto como me parece a mi ver películas traducida al español de España,por cierto por acá hay un canal q se llama mastv q te pasa todas las películas en un español de España a veces cuando entiendo lo q dicen me causa risa xq lo q mas entiendo en giripollas coño y joderrrr jejejejeje ,sos una genia.besos desde Paraguay.

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  13. muy interesado en hablar, por mi tercera novela de una trilogía
    trias25759@gmail.com
    FJCaballero

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  14. La verdad es que no quise verla en su momento porque el trailer ya me avisó de que la película iba a ser una decepción. La vi cuando la pasaron por la televisión y por poco me da algo!!!! Soy aficionada a la egiptología, leo libros de ensayo, nada de revistas. Imagino aquellos que no saben nada del antiguo Egipto y la mala información que están recibiendo. Eran un pueblo muy patriota, no xenófobo como nos hacen creer en la película; que por otra parte esta basada en el Antiguo Testamento, que la mayoría de la gente culta sabe que es una mezcla de episodios reales de diferentes épocas combinados con la ficción, que en ocasiones utilizaban pueblos que no conocían la escritura para reivindicar territorios. ¿A quien le conviene que se siga creyendo ésta versión?

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  15. Por cierto, no tengo nada contra las revistas. Es que me gusta coleccionar libros de los temas que me interesan. Me he descargado la vuestra y me parece genial. Un saludo, muak.

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