Buenas tardes amigos, felices fiestas a todos. Os escribo a continuación la segunda parte sobre el ejército egipcio (aquí la primera parte). Pero antes quería daros las gracias de nuevo a los
que me leéis, tanto a los que lleváis un tiempo siguiendo el blog, como a
los recién llegados.
El ejército del Reino
Nuevo (c. 1550-1069 a.C.)
El llamado Reino Nuevo dará comienzo tras la expulsión de los hyksos
(o hicsos). Durante años los reyes tebanos lucharon contra estos asiáticos,
hasta que finalmente Ahmose logró la victoria. Su padre, el faraón Seqenenre
Taa, seguramente murió en batalla contra estos, como demuestran las numerosas
heridas de su momia: su nariz y su mejilla fueron aplastadas por una maza siria
y un hacha hyksa le atravesó el cráneo en la frente.
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Momia de Seqenenre Taa con numerosas heridas, que le causaron la muerte |
No obstante, el
dominio hykso aportó nuevas armas a la panoplia egipcia y, especialmente, el
carro de guerra y los caballos, desconocidos anteriormente en Egipto.
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El carro fue fundamental para construir el imperio egipcio |
A partir
de este momento, el papel del ejército va a ser más importante que nunca, a
medida que se vaya creando el imperio con faraones como Tutmosis III, llamado el "Napoleón egipcio".
Incluso varios militares llegarán a ocupar el trono (Horemheb y su sucesor,
Ramsés I).
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Tutmosis III |
Si bien el ejército era ya profesional y permanente, siguió habiendo
levas (lo que en ocasiones causó la oposición del clero, que temía ver
disminuida la población campesina que trabajaba sus tierras). Por
tanto, la
introducción de estas nuevas armas, especialmente el carro, y la existencia de
un ejército permanente y profesional, supuso la necesidad de una nueva manera de organizar el ejército en el Reino
Nuevo: A la cabeza, como capitán general, siguió estando el faraón, aunque
podía ceder funciones a su príncipe heredero. Por debajo del rey, era el visir
(en ocasiones dos, uno para el sur y otro para el norte), como responsable
administrativo del país y ministro de guerra, quien daba las instrucciones a
los oficiales de las dos regiones militares, con capital en Menfis y Tebas, que
recibían el título de “capitanes de corbeta del ejército”, uno para el Alto y
otro para el Bajo Egipto.
Tebas y Menfis poseían grandes cuarteles; y era en la
escuela militar situada en esta última donde se formaban los oficiales de más
alta graduación. En total el ejército lo formaban 4 divisiones (2 a comienzos
del Reino Nuevo, pero fueron ampliándose según fue necesario) de unos 5000
hombres cada una, bautizadas con el nombre de un dios:
- División de Amón, de
Tebas
- División de Ra, de
Heliópolis
- División de Ptah, de
Menfis
- División de Seth, de
Avaris
Carros
Junto a la infantería estaban también las divisiones de carros. Eran comandados
por un “capitán de corbeta de los carros” y se organizaban en escuadrones de 50
vehículos (o 25, depende del autor consultado), al mando de un “carrero de la
residencia”, acompañados de sus caballerizos y demás auxiliares. El carro
egipcio era ligero y sólido, construido de madera, metal y cuero y era tirado
por dos caballos.
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Carro ceremonial de Tutankhamón. Fuente: Uned.es |
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Anillo de Ramsés II. Louvre. |
Durante el combate iban montados un auriga, que sujetaba
también el escudo, y un combatiente, armado este con arco, flechas y jabalinas,
situadas en una gran aljaba en un costado del carro. Las unidades de carros,
“las de ataque”, se formaban por selección y constituían las secciones de élite
del ejército. Los caballos recibían cuidados especiales y un nombre elogioso
(como los caballos de Ramsés II en Qadesh: Victoria en Tebas y Mut está
satisfecha).
El caballo se limitaba, prácticamente, al carro. No conservamos ningún testimonio que nos
demuestre la existencia de jinetes para la lucha, aunque sí se han conservado figurillas que representan a
individuos a lomos de un caballo, pero no parecen ser algún tipo de
combatiente. Así pues, el uso más frecuente de este animal estaba vinculado al
carro, especialmente en las clases dominantes del ejército, entre las que se
encontraba el propio faraón. Solamente los exploradores y los correos montaban
a pelo.
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Solo montaban a pelo los exploradores y correos. |
Marina
En cuanto a lamarina, es difícil saber su número y composición. Sus unidades,
al igual que las escuadras de infantes, llevaban nombres evocadores: “Amón
poderoso de proa” o “Estrella de Egipto”. Operaba en el Mediterráneo y en el
Nilo y su tripulación estaba formada por marinos e infantes, cuya misión no se
limitaba solo a la guerra, sino que también escoltaban a las tropas y mercaderes
que circulaban por la Baja Nubia. Los oficiales de marina, como expertos en
nudos, cordajes y movimiento de grandes
pesos acompañaban a las misiones en busca de bloques de piedra a las canteras.
El material del que se realizaban estas embarcaciones era madera proveniente de
países foráneos debido a la escasa calidad de la madera autóctona, si bien
muchos de ellos, los de menor tamaño, se fabricaban en papiro, material muy
abundante en Egipto.
Aunque nos hayan llegado dibujos detallados, modelos y un
notable vocabulario técnico para definir los distintos tipos de embarcaciones,
son pocas las noticias de carácter histórico que poseemos sobre la utilización
de los navíos de guerra. Ramsés III se enfrentó a los Pueblos del mar, pero los
egipcios no nos han transmitido crónicas de las batallas navales ni datos sobre
la organización, el armamento y el reclutamiento. En cuanto a esto, es
presumible que serían las poblaciones urbanas del delta y de las zonas costeras
las que suministrasen los contingentes de leva para la flota, al ser gente
habituada a la navegación marítima y fluvial.
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Ramsés III atacando a los Pueblos del mar. Medinet Habu. |
Mercenarios
El ejército del Reino Nuevo
contó, además de con egipcios, con una serie de mercenarios extranjeros, bien reclutados o bien prisioneros de
guerra (ya hablé de ello en la entrada sobre la esclavitud), a los nubios y libios
se unieron los sirios o los sherden. Contaban con sus propias armas: los nubios
iban al combate cuerpo a cuerpo armados con lanzas y clavas de madera; para el
combate a larga distancia utilizaban el robusto arco de doble curva. Los
sherden, a los que Ramsés II se enfrentó a comienzos de su reinado y que
acabaron formando parte de su guardia personal, llevaban yelmos característicos
con cuernos, escudos redondos y espadas largas y pesadas. Los sirios poseían
las mismas armas que los egipcios, quienes precisamente las habían copiado de
ellos.
Los astilleros y arsenales se localizaban
en la ciudad de Menfis en la dinastía XVIII y principios de la XIX, como nos
dejan ver las tumbas de los altos funcionarios, donde vemos talleres para la
elaboración de flechas o carros, fundiciones para la creación de armas, etc.
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Un mercenario sherden ataca a otro de su mismo pueblo, pero en el bando enemigo. Medinet Habu |
Armas
A pesar de la humillación que supuso para los egipcios haberse visto dominados
durante más de un siglo por los hyksos, éstos trajeron varios inventos
desconocidos hasta entonces en Egipto, que les serían muy beneficiosos en el
futuro. Pero de entre todos destacan los relacionados con el ámbito militar:
armas nuevas, carros y caballos. De modo que el ejército egipcio, que hasta
entonces se había limitado a la infantería, añadió también los carros de guerra
a sus ejércitos. Sin ellos, difícilmente hubieran conseguido forjar su imperio.
Las armas, aunque se conozca ya el hierro, rara vez serán de este material,
prefiriéndose el bronce o el cobre, quizás porque los egipcios no supieran
trabajar bien el hierro. Entre las espadas va a destacar la “jepesh”
(documentada desde tiempos de Tutmosis III) importada de Mesopotamia, que era
una espada curva con forma de hoz, sin punta, de 40-60 centímetros con hoja
acanalada y filo en la parte interior de la curvatura; estaba pensada no para
atravesar al enemigo, sino para cortarlo, al modo de las hachas semicirculares.
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Hacha y espada Jepesh (abajo) |
También hacen su aparición ahora los palos arrojadizos, una especie de
boomerangs, relacionados con la caza y con el ejército. A partir del Segundo
Periodo Intermedio aparece un nuevo tipo de arco, más potente, el arco
compuesto, fabricado en madera laminada, cuerno y tendones de animal curtidos. Como elementos defensivos, contarán desde ahora con un escudo más pequeño con
punta en la parte inferior.
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Nebamón cazando en el río con palo arrojadizo |
A partir del reinado de Tutmosis III aparecen unas
armaduras consistentes en lorigas o chalecos de cuero de hipopótamo o
cocodrilo, o bien de lino, con escamas de bronce o cobre cosidas, para
protegerse el tronco. Estas armaduras eran usadas especialmente por los
conductores de carros y, en ocasiones, aunque no siempre, por los soldados de
infantería. Los oficiales también llevaban corazas de malla o chapas de cobre o
bronce.
En cuanto a los cascos, hay diversas opiniones: Elisa Castel dice: “en
cuanto a los cascos, importados de Siria, pudieron utilizarse ocasionalmente
desde mediados del Imperio Nuevo”. Otros autores opinan que no los usaban, ya
que no se conserva ningún resto o prueba artística que confirme la existencia
de algún tipo de casco metálico para la protección de la cabeza. Sí parecen
haber usado una especie de gorrillos fabricados con grueso paño acolchado, de
color rojo, verde o negro.
Un soldado de infantería, por tanto, estaba equipado
con una lanza, un escudo de madera recubierto de cuero, una cimitarra y una
daga, ambas de bronce, en el cinto y, en ocasiones, la mencionada armadura, que
podía ser sólo de cuero. Los soldados llevaban faldellines o delantales y en el
tórax varias capas de cuero con remaches de cobre y pintados de colores. Por
delante en la falda portaban un protector de genitales y por detrás un pieza de
cuero que protegía el uniforme de los roces con el suelo al sentarse.
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Egipcios contra libios |
Campañas militares
Las operaciones
militares se diseñaban teniendo en cuenta
el clima. Salvo en casos de emergencia, las campañas contra enemigos
africanos se realizaban en invierno y las expediciones contra territorios
asiáticos se preparaban para el verano. De manera que los egipcios se evitaban
el calor y el frío más rigurosos, que podían actuar en su contra. Cuando el
ejército egipcio marchaba a la guerra (al ritmo de unos 25 km al día) el equipo
básico de un soldado se componía de un petate, ropa, sandalias y un bastón o
garrote para su protección personal, puesto que el armamento más sofisticado se
entregaba sólo cuando el ejército estaba a punto de entablar combate con el
enemigo. Para combatir, como ya se dijo, los egipcios lo hacían descalzos.
En campaña, los movimientos se ordenaban mediante tambores y
trompetas.
El peso de la batalla era llevado por la infantería, en la
que se distinguían dos tipos:
- La pesada, cuyos componentes iban armados con
escudos, lanza y hacha.
- La ligera, provista de jabalinas o de arcos y flechas.
También había honderos.
En cuanto a los carros de guerra, se utilizaban sobre
todo para escoltar a la infantería en campo abierto, hostigar al enemigo cuando
formaba para la batalla y, si era derrotado, perseguirlo en su retirada. Cada
carro tenía uno o dos carcajes laterales donde se guardaban jabalinas, arcos y
flechas. Y estaban tripulados por dos hombres: el conductor, que era un experto
en el manejo de las riendas, y el combatiente. Por su parte, el conductor debía
asumir la responsabilidad de alimentar a los caballos y mantener en perfecto
estado el carro, lo que requería una posición económica buena.
Para tomar una
ciudad, los egipcios contaban con escaleras y arietes.
Los
campamentos militares:
El desplazamiento a pie y la carga
transportada hacían que el ejército se moviera con lentitud, de modo que, tras
conocer el itinerario que seguiría el grueso de las tropas, las avanzadillas de
la intendencia militar se adelantaban para tenerlo todo dispuesto en los
lugares de reunión para cuando llegara el rey. Lo primero que
se hacía para establecer un campamento era escoger una zona próxima a un curso de agua. El transporte de los víveres, que
eran aportados íntegramente por el Estado, y los materiales para montar el
campamento corrían a cargo de una tropa que disponía de carros. Los alimentos,
el agua y el vino eran guardados en grandes tinajas de cerámica, que se
sellaban durante el desplazamiento. Una vez instalado el campamento, en su centro
solían quedar emplazadas dichas tinajas, de las que se servía la comida a los
soldados. Un atento escriba controlaba y anotaba todo mientras se descargaban
los víveres.
Marchaba delante de la infantería como cabecilla de la
vanguardia, y cuando mi señor llegaba en paz, yo decía: <<Ya lo he
preparado, lo he equipado con todo lo que se puede desear en tierra extranjera,
mejor que un campamento de Egipto, sus distintas áreas organizadas, despejadas,
aseguradas y apartadas, y cada dependencia con su guardián>> Estela de
Intef.
Tras la elección de la zona, se establecía un perímetro rectangular, y en el centro se levantaba la tienda del
comandante en jefe, junto con pequeñas tiendas para la jerarquía militar. Era
un recinto vallado, representado en los relieves de Kadesh con forma de
escudos. Ese elemento ha planteado diferentes teorías, acerca de si estos eran
auténticos escudos (poco probable, dada la escasa resistencia que ofrecería el
perímetro en ese caso, habiendo utilizado otro tipo de material) o si fueron representados como
símbolo de protección. Según los relieves, este
recinto tendría al menos dos entradas, protegidas por
guardias. En cuanto a
su disposición interior, los relieves de Kadesh nos muestran que todo estaba
encerrado dentro del perímetro del campamento: hombres, caballos, carros,
provisiones, anímales de carga y armas. El campamento que está en calma, con
los soldados mostrando diferentes actitudes en su vida profesional. Por
ejemplo, se nos muestra a un hombre dormido, uno bebiendo un odre de agua,
otros entrenando… incluso aparece el
león de Ramsés II. No hay una
diferenciación explícita entre los soldados normales y oficiales, y tampoco
ningún reconocimiento entre los soldados de carros y los soldados de a pie.
Destaca la ausencia de tiendas, excepto las destinadas al rey y la alta
jerarquía militar. Se ha planteado que en los
campamentos efímeros, los soldados podrían dormir al raso, y mantendrían
el calor con unos braseros o tapándose con mantas, como se ve en un pequeño
fragmento de época amarniense.
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Relieve del campamento de Ramsés II en Qadesh |
En el caso de un campamento de guerra
establecido, tendrían que acondicionarse también espacios para presidir los
consejos de guerra o recibir a emisarios extranjeros. Encontramos también la
presencia de campamentos fortificados.
La larga marcha con todos los pertrechos
a cuestas y la práctica de la lucha cuerpo a cuerpo formaban parte de la dura
formación del soldado. De estas luchas que servían como entrenamiento nos quedan representaciones en Beni Hassan. Para evitar daños faciales se solían cubrir el rostro con unas gruesas
tiras de cuero, haciendo especial hincapié en pómulos y barbilla, al igual que
era frecuente el uso de guantes de cuero. También practicaban esgrima, tiro con arco y lanzamiento de jabalina.
El entrenamiento se
completaba con una alimentación variada compuesta principalmente por pan, carne
de buey, toda clase de verduras, pastelillos, frutas y sobre todo, la célebre cerveza egipcia.
Además, junto con el ejército viajaban
también médicos, escribas militares, prostitutas y también algunos niños que
trabajaban como criados.
Recuento
de enemigos muertos
A partir de la dinastía XVIII, una vez
conseguida la victoria, se procede al recuento de enemigos caídos. Esto se
realizaba de dos maneras: mediante la amputación de una de sus manos; la
fuente escrita más antigua sobre dicha costumbre puede datarse en torno a 1550
a.C. Anteriormente encontramos mutilaciones, como en la paleta de Narmer, pero
no con el fin del recuento, sino más bien como una muestra de castigo y
sumisión. Y, entrado el Reino Nuevo, a las cantidades de
manos registradas se añade también un recuento de penes. A
finales de la dinastía XIX aumentan significativamente el número de estas
capturas. Así, podemos encontrarnos estos registros en la Gran inscripción en
Karnak:
[…] cargados con falos incircuncisos, de las tierras extranjeras de Rebu,
junto con las manos cortadas de todas las regiones extranjeras que estuvieron
con ellos, en recipientes y cestas. Falos con prepucio: 6 hombres hijos de los
jefes y hermanos del jefe de Rebu que fueron muertos y se llevaron sus falos
[con prepucios].
El reinado durante el que se manifiesta
con mayor profusión este tipo de mutilación es, sin duda, en el de Ramsés III
en los muros del templo de en Medinet Habu.
Recompensas
y condecoraciones militares
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Horemheb recibe el oro del valor |
Durante el Reino
Antiguo, cuando acababa la campaña los hombres regresaban a sus ocupaciones,
mientras que los oficiales recibían premios por sus servicios, en grandes
ceremonias que luego eran representadas en sus tumbas. Algo similar pasó
durante el Primer Periodo Intermedio, aunque el jefe militar fuese un nomarca,
en lugar del faraón. De este modo fue creándose una clase militar, dotada de
pequeñas rentas de guerra, que tendió a transformarse en pequeña nobleza rural.
Ramsés II dotó a muchos militares de carrera de pequeñas tierras, que eran
cultivadas por prisioneros de guerra que el rey mismo concedía. Aunque estas
tierras no dejaban de ser propiedad del soberano. De este modo, junto a la
antigua casta sacerdotal, se fue creando una casta militar. También, los
soldados egipcios y los mercenarios obtenían recompensas que se sumaban a la
parte del botín de guerra que les correspondía tras la campaña: eran adornados
con el oro del valor y dotados de pequeñas rentas, a menudo exentas de
impuestos. Otras recompensas podían ser casas, rebaños, siervos, joyas o cargos
como el de jefe de policía, etc. En tiempos de paz, estos soldados de oficio
vivían con sus familias en sus residencias habituales. Una de las
condecoraciones más valiosas y conocidas eran las “Moscas del valor”, así como la
mosca pica a los animales, así el soldado “pica” al enemigo. La reina Ahhotep,
madre de Ahmose, recibió estas moscas por su papel político en la guerra de
expulsión contra los hyksos. De modo que, aunque fuese una profesión muy dura y
criticada en la “Sátira de los oficios”, podía reportar grandes beneficios.
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Moscas del valor de la reina Ahhotep |
Extranjeros en el ejército de finales del Reino Nuevo
Como ya se dijo, desde comienzos del Periodo
Dinástico, el ejército egipcio incluyó mercenarios de distintas etnias (los
medjai nubios, libios, hyksos, sirios, etc.). Muchas veces eran prisioneros de
guerra a los que se les ofrecía la libertad a cambio de combatir en las filas
del ejército egipcio, como fue el caso de los sherden o de los libios. Estos últimos fueron
adquiriendo tal relevancia en el ejército, que en algunos momentos de la
historia de Egipto habría más mercenarios extranjeros que soldados egipcios. De
tal modo que, ya en la dinastía XXI y XXII los libios habían adquirido tal
importancia en la sociedad egipcia (ejército, administración, templos) que
llegaron a hacerse con el poder (Sheshonq I). Aprovechando la desunión del país
durante esta Época Baja, los nubios también conseguirán coronarse faraones
durante la dinastía XXV, contemporáneamente a los libios. La invasión asiria
pondrá fin al dominio nubio sobre Egipto, convirtiendo a Egipto, por primera
vez, en una provincia de un imperio extranjero. Gracias, precisamente, a la
ayuda de nuevos mercenarios (en esta ocasión griegos y carios) el faraón
egipcio Psamético I conseguirá recuperar Egipto para los egipcios. Se acuñará
por primera vez moneda en Egipto, precisamente para pagar a los mercenarios
griegos, que tenían una colonia propia en Naucratis, en el Delta. Finalmente,
tras las dos dominaciones persas, en las que Egipto nuevamente se convierte en
provincia de un imperio extranjero, Alejandro Magno arrebatará Egipto a los
persas y dará inicio al periodo Ptolemaico, cuyo ejército será ya griego.
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Alejandro Magno conquistó Egipto en 332 a.C. |
Bibliografía y webgrafía
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-http://www.nachoares.com/articulos/reyes-oficiales-y-soldados-descripcion-del-ejercito-egipcio/
. Consulta: 21 diciembre 2014.