Máscaras funerarias de Tuya (izqda.) y Yuya (derecha). Museo de El Cairo |
¿Quiénes eran?
El matrimonio formado por la señora Tuya y el señor Yuya fue uno de los más importantes de la XVIII dinastía, no solo por sus orígenes nobles, sino porque estaban emparentados con la familia real; en concreto, eran los padres de la reina Tiyi, Gran Esposa Real del faraón Amenhotep III y, por tanto, abuelos de Akhenatón.
Probablemente Yuya tuviera ascendencia extranjera, en concreto siria, a través de su padre, aunque él habría nacido en la ciudad egipcia de Akhmín. Gracias al matrimonio de su pariente Mutemuia con Tutmosis IV, Yuya fue escalando posiciones hasta convertirse en el noble más importante del país. Un nuevo matrimonio terminaría por afianzar su posición: el de su hija Tiyi con el faraón Amenhotep III.
En vida llevó los importantes títulos de: Padre Divino (es decir, suegro del faraón), Primero entre los Compañeros del Rey, Confidente del Rey, Amigo único, Profeta de Min, Gran Príncipe y Comandante de carros de guerra de su Majestad, entre otros.
Tuya era egipcia y llevó títulos como el de Ornamento Real, el cual la equipara con algunas esposas secundarias de faraones anteriores. Es posible que llevara este título por su parentesco con la reina Ahmose Nefertari, Gran Esposa Real del fundador del Reino Nuevo, Ahmose, que expulsó a los hyksos de Egipto. Esta relación explicaría por qué su hija Tiyi pudo llegar a ser la esposa de un faraón: por sus venas corría la sangre de la primera reina del Reino Nuevo.
Gracias al matrimonio de Tiyi con Amenhotep III sus riquezas aumentaron de tal manera que Tuya y su esposo pudieron gozar de una más que holgada vejez. Tuvo también varios títulos de carácter cortesano; además del ya mencionado de Ornamento Real, destaca el de Nodriza de la Princesa Sitamón, su primera nieta. Debió haber una relación muy estrecha entre estas dos mujeres, pues se han encontrado varios objetos con el nombre de Sitamón en la tumba de sus abuelos. También fue Jefa del harén de Min, Sacerdotisa de Amón y cantante de Hathor.
Silla de la princesa Sitamón |
Desdendencia
Se sabe con seguridad que fueron los padres de, al menos, la reina
Tiyi. Era tal la influencia que ganaron debido al matrimonio de su hija
con el faraón que incluso se enviaron escarabeos a los reyes de Babilonia, Mitanni o Hatti, entre otros, en los que se decía que Tiyi era la hija de Yuya y Tuya, como si de reyes se tratara.
Estatua del sacerdote Anen |
Se cree que fueron padres del sacerdote Anen, que ocupó un papel importante en el clero de Amón, y también se plantea que fuesen padres de Ay, quien muchos años después llegaría a ser coronado faraón de Egipto. La relación que unía a Ay con el siguiente faraón, Akhenatón, fue muy similar a la que unió a Yuya con Amenhotep III (Ay también recibe el título de Padre divino, que es como decir que era el suegro del rey). De hecho, son tantas las similitudes que Ay heredó casi todos los títulos de Yuya, a los que con el tiempo añadiría más, como el de visir. De igual modo, también Ay fue padre de una reina, Nefertiti.
Familia real de finales de la XVIII dinastía |
La tumba de Tuya y Yuya en el Valle de los Reyes
Yuya murió en torno al año doce del reinado de Amenhotep
III, cerca de los sesenta años. Algo más tarde moriría Tuya, a una edad similar o algo
más avanzada, durante la segunda mitad del reinado de Amenhotep III.
Estos personajes tan importantes de la XVIII dinastía contaron con un honor poco habitual, concedido por su yerno: ser enterrados en la necrópolis de los faraones, el Valle de los Reyes.
Fue en 1905 cuando el acaudalado mecenas neoyorquino Theodore M. Davies descubrió la tumba casi inviolada del matrimonio. Dos años antes, y junto al famoso Howard Carter, este millonario ya había descubierto otra tumba, la de Tutmosis IV.
Fue el 5 de febrero de 1905, estando ausente Davies, cuando su equipo encontró el primer escalón de una escalera que conducía a una puerta. Gracias a los escombros acumulados en torno a la pequeña tumba durante las excavaciones posteriores de las tumbas de varios reyes ramésidas, la tumba de Tuya y Yuya (KV46) permaneció oculta: el sello de la necrópolis permanecía intacto en la puerta, un chacal y nueve cautivos.
Sin embargo, como comprobaron poco después, la tumba no estaba inviolada: una pequeña abertura en una esquina no hacía presagiar nada bueno. A pesar de ello, cuando llegaron a la cámara funeraria, sencilla y sin decoración, encontraron varios objetos valiosísimos. Estas son las palabras que dejó escritas el egiptólogo Arthur Weingall sobre ese momento:
Durante unos momentos no pudimos ver nada, pero cuando nuestros ojos se acostumbraron a la luz de las velas vimos un espectáculo que puedo decir con seguridad ningún hombre vivo ha visto jamás. La cámara era bastante grande, una caverna tosca. En el centro había dos enormes ataúdes de madera con incrustaciones de oro. Las tapas habían sido arrancadas por antiguos saqueadores y los ataúdes internos se habían desplomado, de modo que las momias habían quedado expuestas [...] Gaston Maspero (director del Servicio de antigüedades egipcio), Theodore Davies y yo nos quedamos allí boquiabiertos y casi temblando [...] Realmente pasmados, paseábamos la mirada por las reliquias de la vida de hace más de tres mil años.
Entre los objetos hallados había un carro de guerra, armas, cofres, sillas, instrumentos musicales, objetos de aseo, vestidos, adornos o un ejemplar del Libro de los muertos.
Un hecho a destacar es el momento en que, al destapar una jarra de miel, aún pudieron percibir su olor. Wingall de nuevo nos habla de aquello:
Cuando vi aquello por poco me desmayo. La extraordinaria sensación de encontrarte mirando una jarra de miel tan liquida y pegajosa como la que se come en el desayuno y pensar que tiene 3500 años de antigüedad fue tan paralizante que se siento uno como si estuviera loco o soñando.
Carro ligero de guerra de Yuya
Todos los objetos fueron debidamente embalados y catalogados para evitar robos. Después, fueron enviados en barco hasta El Cairo, donde aún hoy día podemos contemplar los rostros serenos de este antiguo matrimonio egipcio y sus valiosos tesoros.
Sarcófago de Tuya |
Bibliografía y webgrafía:
CASTEL, Elisa. "La tumba de Yuya y Tuya en el Valle de los reyes". Historia National Geographic. 2014, nº 131, pp. 92-94.
http://es.wikipedia.org/wiki/Yuya_y_Tuyu
http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/secciones/9675/tumba_tuya_yuya_valle_los_reyes.html#gallery-0