miércoles, 25 de febrero de 2015

Egiptomanía, pasión por el antiguo Egipto. Colaboración en el blog Historiae

Muy buenas tardes, amigos. Como os comentaba en la última entrada del domingo, hoy he hecho una colaboración en el blog Historiae: Egiptomanía, pasión por el antiguo Egipto.
Para ello he escrito una entrada sobre la egiptomanía, es decir, el interés por todo aquello relacionado con el antiguo Egipto, ya sea su arte, su religión, su historia o todo ello a la vez. En esta entrada hablo sobre sus orígenes en tiempos de los griegos y su desarrollo hasta la actualidad.
Espero que os guste esta primera colaboración en el blog de Herodoto. Al mes que viene, si Amón quiere (ja, ja) habrá una nueva. Buenas tardes y feliz miércoles.
Las películas y novelas sobre Egipto son un buen ejemplo de la Egiptomanía

domingo, 22 de febrero de 2015

El dios Thot, inventor de la escritura

Buenas tardes, lectores. En esta entrada de hoy, domingo 22, os hablaré sobre uno de los dioses más populares del antiguo Egipto: Thot, el dios de la escritura y la sabiduría. ¿Os apetece conocer más de esta divinidad? Pues seguid leyendo.

Orígenes
Aunque, como es habitual, conocemos a este dios por el nombre que le dieron los griegos, su nombre original era Dyehuty, que significa El de Dyehut, nomo XV del Bajo Egipto. Se conoce su existencia ya desde el periodo tinita (es decir, la I y II dinastía), aunque pudiera ser anterior. 
Como sucede con otros dioses, también Thot va a tomar atributos de otras divinidades, en este caso de Iah y Hedyur, ambos dioses lunares; por tanto, Thot también será un dios lunar: del primero tomará el disco y el creciente lunar, y del segundo su aspecto de babuino.
Thot, con el disco que representa la luna llena y el creciente lunar
Por ser la luna una de las bases del calendario egipcio, será el contador de los años y el señor del tiempo, pues se atribuye a Thot la medición del mismo, además de la invención del calendario, razón por la cual da su nombre al primer mes del año egipcio. Bajo esta advocación de Señor del Tiempo se encargaba de anotar los años de reinado de cada faraón en las hojas de una persea, el árbol sagrado de Heliópolis, con la ayuda de su esposa Seshat
En la Baja Época, y dado que la luna sustituye al sol durante la noche, Thot será llamado también Atón de plata.

Iconografía
El dios Thot se representaba de varias formas:
  • Con aspecto zoomorfo, en forma de ibis o de babuino.
  • Con aspecto mixto: cabeza de ibis y cuerpo de hombre. Rara vez se le representa con cabeza de mono. En su aspecto mixto suele aparecer con útiles de escritura, propios del oficio de escriba.
El inventor de la escritura
Thot era considerado por los egipcios el inventor de la escritura y de todo lo relacionado con las artes, las ciencias, las letras y la intelectualidad. Por lo cual se convirtió en patrono de los escribas, que solían representarse en estatuillas bajo su protección, y en regidor de las Casas de la vida.
Escriba protegido por Thot en su aspecto de babuino
Las Casas de la vida eran una de las partes mas importantes de los antiguos templos egipcios. Además de servir como escuelas para los futuros escribas (y para algunos sabios y viajeros griegos como Pitágoras), contaban con bibliotecas que contenían textos de todo tipo, desde la liturgia sagrada, hasta registros antiguos de la historia egipcia, o textos matemáticos, médicos, geográficos, astrológicos o legales, llamados los libros de Thot. Por todo ello, tanto Thot como su esposa recibieron el título de señores de los libros y de las bibliotecas. 
Thot en el mundo funerario
El papel de Thot en la otra vida era muy importante, puesto que era uno de los dioses presentes durante el Juicio de Osiris, al cual se sometía todo difunto para conseguir alcanzar la vida eterna. Una vez pesado el corazón en la balanza, Anubis le comunicaba el resultado y él lo anotaba con sus utiles de escritura, utilizando los jeroglíficos que él mismo había creado y que había entregado a los hombres como regalo para poder gobernar Egipto.
El destino del difunto dependía de ese veredicto cuidadosamente registrado por el dios con cabeza de ibis.

Hermes
Hermes para los griegos
Como dios al que atribuían todo lo relacionado con la habilidad y la astucia, lo griegos identificarán a su Hermes con el Dyehuty egipcio. Durante la Baja Época ambos dioses serán asimilados, por tener en común tanto su astucia como el ser mensajeros de los dioses. También tenían en común ser dioses inventores, en el caso de Hermes inventó los pesos y las medidas, y en el caso de Thot ya he mencionado la escritura, el calendario e, incluso, el senet o la lira. 

La ciudad sagrada del dios
La asimilación de Thot con Hermes hizo que su ciudad de culto, Dyehut (o también Shemenu), situada en el Bajo Egipto, fuese conocida desde entonces, y hasta nuestros días, como Hermópolis, la ciudad de Hermes.
Del templo que allí se alzaba en honor al dios de la escritura ya solo quedan restos de estatuas monumentales de babuinos, erigidas en tiempos del faraón Amenhotep III.
Bibliografía y webgrafía:
- Tot, el escriba de los dioses. Egiptomanía. Barcelona: Planeta DeAgostini, 1997, volumen 3, pp. 664-665.
- FLETCHER, Joann. (2004): Egipto, el libro de la vida y la muerte. Ed. Círculo de Lectores. España, Barcelona.
- CASTEL, Elisa. (2002): Gran diccionario de mitología egipcia. Ed. Alderabán. España. 
- http://www.egiptologia.org/mitologia/panteon/thot.htm (consulta: 21 febrero 2015)
Ibis


domingo, 15 de febrero de 2015

Horteradas egiptomaníacas (I parte)

Muy buenas tardes, amigos del templo de Seshat. Quiero agradeceros vuestras visitas al blog y vuestras palabras de apoyo en todo lo que escribo. Como una de las últimas entradas que escribí (Horrores faraónicos) os ha gustado mucho, he pensado continuar hablando de cosas relacionadas no sólo con la egiptología, sino también con la egiptomanía. La historia de esta en sí misma es bastante interesante ya desde sus comienzos en época de griegos y romanos, que no podían evitar la tentación de dejar sus nombres inscritos en los antiguos monumentos egipcios. Como veis, nada nuevo han inventado los niñatos que hacen pintadas en el templo de Debod. Miedo me da pensar en los descerebrados que consideren un regalo perfecto de San Valentín escribir el nombre de su amado/a en él. Mejor no pensarlo mucho.
Amores eternos
Como os he dicho en muchas ocasiones, el antiguo Egipto vende, y vende mucho. A todo el mundo, en mayor o menor medida, le interesa el antiguo país del Nilo, ya sea su historia, su arte o las teorías fantasiosas de marcianitos y atlantes, que nada tienen que ver con la realidad de esta antigua civilización. Por tanto, las revistas de historia (y de misterios) suelen llevar a Tutankhamón, las pirámides o Nefertiti en portada para vender más, los libros sobre el antiguo Egipto se venden como churros, e incluso la gente un poco hortera y amante del oro puede llevar una máscara de Tutankhamón de un kilo colgada del cuello (los hay, creedme, tengo pruebas de ello). Todo esto es lo que se suele llamar egiptomanía.
A continuación os dejo una recopilación de lo que yo he bautizado como "Horteradas egiptomaníacas"; y es que hay muchos señores (especialmente de cierto país asiático) muy espabilados que conocen la egiptomanía que padecemos muchas personas, y que ser egiptomaníaco no necesariamente implica tener buen gusto. Pero que tire la primera piedra quién esté libre de pecado.
Hoy, en la primera parte de horteradas egiptomaníacas os presento:

1. Ropa faraónica: elegante y discreta (o no)
Todo egiptomaníaco ha visto, comprado y/o llevado alguna vez en su vida una prenda decorada con algún dibujo egipcio, ya sea la típica camiseta con un cartucho y jeroglíficos bordados con (supuestamente) nuestro nombre comprada en Egipto, o estos bellos ejemplares, paradigma del buen gusto y la elegancia, fabricados en una ciudad egipcia llamada China:
¿Puede haber algo más elegante que unos leggins de Tutankhamón? ¿Qué egiptomaníaco no quiere llevar la cara del faraón niño en el pandero? Quedan divinos de la muerte. (Advertencia: Si, como la que escribe, no tenéis el tipín de la modelo puede que la cara de Tut se deforme hasta parecer un engendro de Mordor).
"Preciosísimas" camisetas con la máscara de Tutankhamón. Si siguiera vivo se forraría, aún mas de lo que ya estaba, gracias a los derechos de imagen. Solo nos falta que algún espabilado invente las sopas de sobre con máscaras de Tutankhamón en lugar de fideos. Así podríamos decir, literalmente, que le tenemos hasta en la sopa ¡Ups, m*erda! Ya les he dado una idea...
¿Qué? Tenéis ganas de más, ¿verdad? Tranquilos, aquí os dejo la crème de la crème en lo que a horteradas egiptomaníacas textiles se refiere; parecen no tener fin. 
Qué ingenio, qué elegancia, qué creatividad: combinar la imagen de Tutankhamón con unas ¿medias cabezas? de leopardo y una mano manchada de ¿pintura dorada? Es el culmen del buen gusto. ¿No os parece que tiene cara de "soy un tipo misterioso e interesante" con esa pose? JA, JA, JA, JA. Qué pillín.
¿Los acosadores del insti se meten contigo por ser un bicho raro al que le gusta el antiguo Egipto, en lugar de Gran hermano? Con esta camiseta tus problemas se acabaron; la mirada furibunda del faraón niño les quitará las ganas de tonterías ¡Que la maldición de Tutankhamón caiga sobre todo aquel que se meta con los egiptomaníacos, y mueran fulminados por la espantosa visión de esta camiseta horrorosa! 
¿Eres un egiptomaníaco cachas y quieres lucir tus músculos cual coloso de Ramsés? Esta camiseta es perfecta para ti. Además, le han añadido un toque de elegancia sustituyendo los ojos de Tut por dos estrellas (¿¿??)...
Si no tienes sentido del ridículo y además posees el tipazo de la diosa Hathor, estos vestidos te irán de maravilla. Demuestra tu buen gusto y tu pasión por el antiguo Egipto con una sola prenda:

Tutankhamón por todas partes...Bueno, y Cleopatra (supongo). Sin duda estos vestidos son ideales para disimular los panderos grandes como ruedas de camión o las cartucheras. Believe me, sé de lo que hablo.
Como la egiptomanía no entiende de estaciones, ni de frío o calor, tenemos a nuestra disposición prendas egiptizadas tanto para la playa, como para tomarse un chocolate caliente delante de una chimenea mientras fuera cae una nevada al estilo de El día de mañana.
El egiptomaníaco hortera no puede quejarse de no tener a su alcance complementos egiptomaníacos para dejar clara su devoción por la cultura de los faraones (y su mal gusto) en invierno o en verano.
Y para las más coquetuelas, unas faldas con las que sin duda atraeréis todas las miradas, pero no precisamente por vuestro buen gusto.
La de la derecha tiene un PVP que se me asemeja a un 58 o un 88, lo cual es un robo a mano armada. Ni 0,58 € pagaba yo por esa versión choni de la muñeca de Elizabeth Taylor en Cleopatra.
No os riáis, amigos egiptomaníacos, que esto va en serio. Si hasta los grandes diseñadores de alta costura toman el antiguo Egipto como inspiración para sus creaciones ¿Que si son horteras? Juzgad vosotros mismos.
No me digáis que no os imagináis a la Pepi, la vecina del 5º, yendo al Mercadona a comprar así vestida...
Un modelito sencillo y práctico para ir a tomar unas copas a la taberna de Menkaura con las amigas. Las gafas de sol están muy vistas, así que mejor llevar una discreta y elegante máscara de Anubis (Se recomienda ir acompañada por una amiga o un perro lazarillo para no acabar aplastada por un camión en medio de la carretera).
Este es muy apropiado para ir al trabajo, al cole a recoger a los niños, o para ir a comprar el pan a la tienda de la esquina.
En esta foto podemos ver el gran parecido que hay entre estos vestidos de alta costura y los que llevaban las egipcias. Por si el parecido os dificulta saber cuál es el original y cuál la copia, la de la derecha es Nefertari (esta imagen no está retocada por mí, está tomada tal cual de internet). El tocado de cuernos es muy apropiado también para los amantes de la cultura vikinga, o para los que hayan descubierto una marca de pintalabios en el cuello de la camisa de su marido Manolo...
Miss Egipto...¿Eso rojo que veo son simpáticas culebrillas? Por Horus, están más vistas que Tutankhamón.
2. Más horrores faraónicos
Como estamos en plenas festividades de Carnaval, y el cutrerío en lo que a disfraces se refiere es infinito, me vais a permitir volver a torturaros ofreceros, una selección de nuevos y más horteras disfraces de egipcios:
50 sombras de Moisés. Esa mirada, ese pelucón de plástico del "Chino", ese látigo de piltrafilla...Ni el Grey ese ni nada. Esto sí que es un hombretón (esclavo hebreo para azotar no incluído). Mirad qué expresión, parece decir: Ven pa acá moreno, que te voy a poner mirando pa Abu Simbel.
¿Eres un piltrafilla, al contrario que tu primo el de arriba, pero también te van los azotes? No te preocupes, con este disfraz tu ligue no se dará ni cuenta de que esos músculos esculturales repletos de tatuajes no son tuyos (Advertencia: el color de los músculos de tela pueden no coincidir con tu tono de piel, y tu churri podría darse cuenta de que hay algo raro, pero eso ya es cosa tuya). Desconozco porqué este señor tiene la cara de un color y las piernas de otro; otro misterio más de los antiguos egipcios.
Y seguimos con los faraones con cara de haberse comido un yogur caducao y un serio complejo de tener los hombros estrechos. Aunque si lo miramos por el lado bueno, en febrero puede caer un chaparrón y seguro que ligas si le ofreces resguardo de la lluvia a tu churri debajo de tus hombreras, cual mamá gallina con sus polluelos. Hazme caso, esos detalles nos llegan al corazoncito.
El disfraz ideal para la parejita de egiptomaníacos horteras que hayan tenido la suerte de encontrar a su media naranja en otro egiptomaníaco igual de hortera que él/ella. (Pirámide cutre de tela no incluida, ni el sentido del ridículo tampoco, por lo que se ve).
Bueno, este sí parece tener más desarrollado el sentido del ridículo. No me extraña que hayas preferido que te tapen la cara, hijo mío...
No así su compañera, igualmente gótica, que lleva un color de ojos muy natural y muy habitual en las riberas del Nilo hace 3000 años; y hoy día, si antes te ha poseído Belcebú.
Ni nuestras simpáticas mascotas están a salvo de las horteradas egiptomaníacas. Angelitos, qué quietitos se están...¡Di no al maltrato animal!
Más horrores en la segunda parte: horteradas egiptomaníacas II.

domingo, 8 de febrero de 2015

Los vasos canopos

Buenos días, amigos. En la entrada de hoy os traigo un artículo relacionado con el fascinante mundo de la momificación:

Los vasos canopos
Cuando un antiguo egipcio fallecía, comenzaba el viaje más importante que realizaría nunca: el viaje a la otra vida, donde viviría eternamente junto a Osiris, disfrutando de los placeres del paraíso egipcio, los llamados campos de Iaru. Pero esto solo sería así si antes el difunto salía con éxito de una serie de pruebas.
El paraíso egipcio era una copia del propio Egipto
Dentro del proceso para alcanzar esta meta estaba la momificación del cuerpo. Sin la preservación de este, el antiguo egipcio no podía aspirar a la eternidad.
De alguna manera, los antiguos embalsamadores sabían que debían sacar los órganos del fallecido para favorecer su conservación. Sin embargo, no extraían todos; sólo los que consideraban más importantes. Estos eran momificados de manera similar al cuerpo e introducidos en cuatro jarras, llamadas vasos canopos.
Estos recipientes son mencionados por primera vez en los famosos Textos de las pirámides y se los llama amigos del rey, porque ayudaban a este a ascender al cielo. En esta etapa de la historia de Egipto, el Reino Antiguo, los egipcios pensaban que sólo el faraón ascendía a las estrellas, mientras que el resto de sus súbditos iban al reino de Osiris. La momificación, además, estaba aún poco extendida. Pero todo esto cambiaría tras el Primer Periodo Intermedio y el Reino Medio: la momificación se extendió al resto de la sociedad (siempre que pudieran pagarla) y todos, rey y súbditos, tuvieron el reino de Osiris como destino final.

Evolución de los vasos canopos
El primer indicio de estos vasos se halló en el ajuar de la reina Hetepheres, madre del famoso Keops, donde se encontró una caja con cuatro compartimentos que contenían restos de natrón y de órganos. 
Durante el Primer Periodo Intermedio ya aparecen no como una caja con compartimentos, sino como vasos con cabeza humana, dentro de los cuales se guardaban los órganos. 
Su uso se generalizó durante el Reino Medio, pero no será hasta la dinastía XIX del Reino Nuevo cuando los vasos canopos adquieran la apariencia por la que solemos conocerlos, es decir, con cuatro cabezas distintas; cada una se corresponde con uno de los hijos de Horus.
vasos canopos con las 4 cabezas distintas haciendo de tapa. Fuente: egiptoforo.
A partir de la dinastía XXI vuelve a haber un cambio, pues aunque los órganos se seguirán momificando ya no se introducen en los vasos canopos, sino que se vuelven a meter dentro del cuerpo del fallecido. No obstante, los vasos se seguirán fabricando hasta la época romana, manteniendo su valor simbólico, si bien se componen de una pieza única, sin nada dentro.
Los vasos se fabricaban en diferentes materiales, dependiendo de cuánto pudiera gastar su dueño: alabastro (como los de Tutankhamón), piedra caliza, barro o cerámica. Obviamente, los más lujosos serían los del faraón y su familia.
Los vasos canopos de Tutankhamón (dinastía XVIII) tienen como tapa una representación del propio rey. Fuente: historiayarqueología.com
Los hijos de Horus, guardianes de los órganos
Como ya he dicho, fue en la dinastía XIX cuando adquieren las características cuatro cabezas distintas. Cada vaso, además, estaba protegido por una diosa: Isis, Neftis, Selket y Neit, y debían estar orientados, ritualmente, hacia los cuatro puntos cardinales. Estos son los nombres de los distintos hijos de Horus y los órganos que guardaban:
  1. Imset (o Amset): tiene cabeza humana, estaba consagrado a la diosa Isis y contenía el hígado. Se colocaba hacia el sur.
  2.  Hapy: (no confundir con el dios del Nilo), tenía cabeza de babuino, consagrado a la diosa Neftis y contenía los pulmones. Se orientaba hacia el norte. 
  3.  Duamutef: con cabeza de chacal, estaba bajo la protección de Neit y guardaba el estómago del difunto. Se orientaba hacia el este. 
  4. Kebesenuf: Tenía cabeza de halcón, lo protegía la diosa escorpión Selket y guardaba los intestinos. Se encontraba orientado hacia el oeste. 
Los riñones se dejaban dentro, sin momificar, pues los egipcios no los consideraban importantes. En cuanto al cerebro, tampoco se le consideraba un órgano importante, de modo que era extraído por la nariz con un gancho. Para los egipcios era el corazón el que pensaba. En cuanto a este último, dado que guardaba una vital importancia para el momento del Juicio de Osiris, había que preservarlo, de modo que también se momificaba, pero se volvía a introducir en el cuerpo del difunto.
¿Por qué se llaman vasos canopos?
En el siglo XVII, el sacerdote jesuíta Athanasius Kircher (que intentó descifrar sin éxito los jeroglíficos egipcios) identificó estas jarras, concretamente la de cabeza humana, con el timonel de Menelao, de nombre Canopo, que se creía que había muerto trágicamente y había sido sepultado en la ciudad de Canopus, en el delta noroccidental del Nilo, y que allí había sido venerado en forma de un vaso o jarro.
A pesar de ser una equivocación, pues obviamente no tienen nada que ver con este personaje ficticio de la obra de Homero, los primeros egiptólogos siguieron llamándolos así, de modo que hoy en día seguimos refiriéndonos a estos recipientes funerarios como vasos canopos.

bibliografía y webgrafía:
-Los vasos canopos. Egiptomanía. Barcelona: Planeta DeAgostini, 1997, volumen 2, pp. 446-447.
-http://www.egiptoforo.com/antiguo/Vasos_Canopes_-_Religion_egipcia. (consulta: 7 febrero 2015)


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