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martes, 10 de septiembre de 2019

El mito del Egipto negro. 3ª parte: ¿Quiénes eran los egipcios?

Para finalizar esta serie de entradas sobre el mito del Egipto negro defendido por el afrocentrismo, vamos a hablar en esta última entrada de qué era ser egipcio. Ya hemos visto cómo podían ser los egipcios en cuanto a su aspecto físico, y cómo este se ha malinterpretado (intencionadamente o no). Pero, ¿qué diferenciaba a un egipcio de un extranjero? ¿Era solo su aspecto físico? 
¿Quiénes eran los egipcios? 
Los egipcios antiguos se consideraban los únicos habitantes del Orden, o Maat, frente al Caos que se extendía tras las fronteras de Egipto. Gracias al faraón, este Caos no entraba en su tierra, mediante el culto a los dioses y las guerras. Estas mantenían a raya a los enemigos, al mismo tiempo que expandían el imperio egipcio, especialmente durante el Reino Nuevo.
La xenofobia hacia el extranjero que vive en el Caos, y que siempre amenaza con destruir el Orden egipcio, era ampliamente representada en la iconografía oficial: muros de templos y palacios, mobiliario, incluso en las sandalias del rey, o en los bastones en que Tutankhamón se apoyaba. 
Los enemigos eran simbólicamente pisoteados al caminar. Sandalias de Tutankhamón
Los enemigos de Egipto, conocidos como los nueve arcos desde el Reino Antiguo, eran vistos como grupos de seres miserables, traicioneros, cobardes y caóticos. Así son representados en los templos, derrotados frente al poderoso faraón y su ejército.
El faraón ejecuta prisioneros libios
Sin embargo, por otro lado, debido a su situación geográfica Egipto siempre fue un punto de contacto con gentes venidas de África, Oriente y Europa. Estos intercambios no solo fueron comerciales y culturales, sino que también habría habido una mezcla genética, en mayor o menor medida, según la época.
En esa dicotomía tan propia de los egipcios, vemos que el extranjero que estaba dispuesto a dejar el Caos y "egiptizarse", pasaba a ser un habitante más de la tierra de Kemet, Egipto.
Asiáticos, con barbas y ropas de colores, entrando en Egipto. Tumba de Knumhotep en Beni Hassan
Los egipcios se definían a sí mismos por habitar el valle del Nilo, hablar una lengua específica y compartir una cultura particular; todo aquel que compartiera esos rasgos y se declarara súbdito del faraón era considerado egipcio.
"Gentes del valle del Nilo", J.M. Parra
Como vimos en la anterior entrada, los egipcios no solo se diferenciaban de sus vecinos, sino que entre ellos mismos sabían que había nuevamente una dicotomía: más mediterráneos al norte, más oscuros al sur. Por tanto, para ellos el ser egipcio no era tener una apariencia física determinada, sino hablar egipcio, adorar a unos mismos dioses y servir al faraón.
Pese a lo que nos muestra la iconografía oficial, el trato al extranjero como individuo, y no como parte de esa masa caótica que amenazaba Egipto, podía ser cordial cuando venía a comerciar o a asentarse pacíficamente en Egipto. Como en tantas otras cosas, los egipcios no veían en esto una contradicción.
Nubios representados en la tumba TT40 de Amenhotep Huy, virrey de Kush
Se sabe que los nubios fueron especialmente valorados como arqueros en el ejército egipcio, y como policías. Los libios también lucharon como soldados del ejército del faraón, y trabajaron en labores de producción, en el cultivo de los campos, y como artesanos.  
Varios personajes importantes fueron extranjeros o de ascendencia no egipcia, como el propio suegro de Amenhotep III, Yuya, que sería de origen asiático, lo cual no les impedía llegar a puestos tan importantes como el de visir. Además, a la Casa jeneret (más conocida como harén) llegaban princesas y sirvientes de diversas partes: Nubia, Siria, Mitanni, el país de los hititas, Babilonia, etc. De estas regiones llegaban también los hijos cautivos de reyes para educarse en el Kap, una especie de colegio que había en palacio, donde se egiptizaban y aprendían la escritura jeroglífica, junto a los hijos del rey y de algunos nobles.

Conclusiones:
Cleopatra. Piero di Cosimo (s. XVI)
La imagen que la mayoría tiene sobre cómo era un antiguo egipcio nos ha llegado muchas veces a través del cine (principalmente estadounidense), y el arte.
Además, aunque sean muchas las momias conservadas de los antiguos egipcios, el mismo proceso de momificación no nos permite ver como sería realmente el color de su piel, y los estudios para desentrañar este misterio suelen ser complejos y costosos, y no siempre exitosos. 
Si a esto le añadimos el racismo propio de las corrientes historiográficas de siglos pasados, ya sean eurocentristas o afrocentrista (pues al final pecan de lo mismo), tenemos como resultado una tergiversación de la realidad histórica, en beneficio de las ideologías de cada uno. 
El público general que no profundiza para intentar averiguar algo más se queda en la superficie, y defiende que los egipcios eran negros, o blancos y rubios, cual estrella de los años dorados de Hollywood, según sus gustos (o su propio color de piel), cuando simplemente deberíamos mirar el arte egipcio para ver cómo eran representadas estas personas.
Elizabeth Taylor en "Cleopatra" (1963)
La cultura egipcia es una cultura africana, no europea [...]. En África a partir del Neolítico se forman distintos grupos raciales: négridos en la zona ecuatorial, y mediterránidos en la zona norte, en contacto entre ellos. [...]los egipcios los tendríamos que clasificar en el ámbito de los mediterránidos y, por tanto, tendrían una cierta relación con las poblaciones mediterránidas. [...]¿Cómo sería un egipcio antiguo? Un egipcio del delta sería relativamente parecido a un bereber del norte de África, y conforme se bajara por el valle del Nilo y se llegara a Nubia, la población sería más oscura de piel [...]. El acervo cultural africano está presente en la cultura egipcia, sin ninguna duda, pero esto no quiere decir que los egipcios fueran negros, si entendemos por negros la actual raza négrida del África ecuatorial.
Josep Cervelló, curso Egiptología Coursera 
Con esta serie de artículos he intentado resolver en la medida de mis posibilidades este interrogante, gracias a las fuentes históricas y los conocimientos de los profesionales, que es la única manera de poder llegar a desentrañar la verdad, sea la que sea.
Desde los mismos inicios de la civilización egipcia encontramos varios grupos humanos que han llegado al valle del Nilo y, por lo tanto, podemos hablar de mezclas. [...] La sociedad egipcia no es tan pura como pudiéramos pensar. Ha habido una interacción con otros pueblos, incluidos griegos y romanos de todas partes del imperio. Por tanto, la población ofrece un bellísimo atractivo por su diversidad.
José Lull, curso Egiptología Coursera.
Rahotep y Nofret. Foto: Isabel Cubas
Bibliografía y webgrafía:
-REDFORD, Donald B. (2005): De esclavo a faraón. Los faraones negros de la XXV dinastía. Ed. Crítica. España, Barcelona.
-PARRA, J.M. (2003): Gentes del valle del Nilo. Ed. Complutense. España, Madrid.
-GONZÁLEZ-TABLAS NIETO, J. La interacción entre egipcios y nubios a finales del reino medio: del topos a la vida cotidiana. El Futuro del Pasado. 2011, nº 2, pp. 117-130.
-HORACIO GERVÁN, H. Introducción e integración de extranjeros en el Egipto del Reino Nuevo: una aproximación cuantitativa  a los Anales de Tutmosis III. Anuario de la Escuela de Historia Virtual. 2014, N° 5, pp. 1-22.
-https://www.youtube.com/watch?v=6oUr3Zrpj0k&t=1s
-https://www.youtube.com/watch?v=s37MMoRYKjE&t=7006s

3 comentarios:

  1. Hola, ya ando por aquí de nuevo. Jamás leí nada sobre como llamaban a los enemigos en el imperio antiguo y posteriores, los 9 arcos, así que una vez más leyéndote aprendo algo nuevo. En cuanto a tu artículo, yo creo que habría faraones gallegos, extremeños, madrileños, vascos, etc.... no sé si me explico bien. Mañana empiezo los libros, hoy ando descansando a tope, y aún así, ya ves que te leo, no? :)

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  2. Hola, Igor. Gracias por leerme,y que disfrutes de los libros je je. Un saludo

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  3. Gran serie de entradas, muy informativas y sobre todo divulgativas para acabar con falsos mitos y falacias antiguas y modernas. No hay nada como estudiar las fuentes y la historia para encontrar la verdad.

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