Páginas

domingo, 15 de febrero de 2015

Horteradas egiptomaníacas (I parte)

Muy buenas tardes, amigos del templo de Seshat. Quiero agradeceros vuestras visitas al blog y vuestras palabras de apoyo en todo lo que escribo. Como una de las últimas entradas que escribí (Horrores faraónicos) os ha gustado mucho, he pensado continuar hablando de cosas relacionadas no sólo con la egiptología, sino también con la egiptomanía. La historia de esta en sí misma es bastante interesante ya desde sus comienzos en época de griegos y romanos, que no podían evitar la tentación de dejar sus nombres inscritos en los antiguos monumentos egipcios. Como veis, nada nuevo han inventado los niñatos que hacen pintadas en el templo de Debod. Miedo me da pensar en los descerebrados que consideren un regalo perfecto de San Valentín escribir el nombre de su amado/a en él. Mejor no pensarlo mucho.
Amores eternos
Como os he dicho en muchas ocasiones, el antiguo Egipto vende, y vende mucho. A todo el mundo, en mayor o menor medida, le interesa el antiguo país del Nilo, ya sea su historia, su arte o las teorías fantasiosas de marcianitos y atlantes, que nada tienen que ver con la realidad de esta antigua civilización. Por tanto, las revistas de historia (y de misterios) suelen llevar a Tutankhamón, las pirámides o Nefertiti en portada para vender más, los libros sobre el antiguo Egipto se venden como churros, e incluso la gente un poco hortera y amante del oro puede llevar una máscara de Tutankhamón de un kilo colgada del cuello (los hay, creedme, tengo pruebas de ello). Todo esto es lo que se suele llamar egiptomanía.
A continuación os dejo una recopilación de lo que yo he bautizado como "Horteradas egiptomaníacas"; y es que hay muchos señores (especialmente de cierto país asiático) muy espabilados que conocen la egiptomanía que padecemos muchas personas, y que ser egiptomaníaco no necesariamente implica tener buen gusto. Pero que tire la primera piedra quién esté libre de pecado.
Hoy, en la primera parte de horteradas egiptomaníacas os presento:

1. Ropa faraónica: elegante y discreta (o no)
Todo egiptomaníaco ha visto, comprado y/o llevado alguna vez en su vida una prenda decorada con algún dibujo egipcio, ya sea la típica camiseta con un cartucho y jeroglíficos bordados con (supuestamente) nuestro nombre comprada en Egipto, o estos bellos ejemplares, paradigma del buen gusto y la elegancia, fabricados en una ciudad egipcia llamada China:
¿Puede haber algo más elegante que unos leggins de Tutankhamón? ¿Qué egiptomaníaco no quiere llevar la cara del faraón niño en el pandero? Quedan divinos de la muerte. (Advertencia: Si, como la que escribe, no tenéis el tipín de la modelo puede que la cara de Tut se deforme hasta parecer un engendro de Mordor).
"Preciosísimas" camisetas con la máscara de Tutankhamón. Si siguiera vivo se forraría, aún mas de lo que ya estaba, gracias a los derechos de imagen. Solo nos falta que algún espabilado invente las sopas de sobre con máscaras de Tutankhamón en lugar de fideos. Así podríamos decir, literalmente, que le tenemos hasta en la sopa ¡Ups, m*erda! Ya les he dado una idea...
¿Qué? Tenéis ganas de más, ¿verdad? Tranquilos, aquí os dejo la crème de la crème en lo que a horteradas egiptomaníacas textiles se refiere; parecen no tener fin. 
Qué ingenio, qué elegancia, qué creatividad: combinar la imagen de Tutankhamón con unas ¿medias cabezas? de leopardo y una mano manchada de ¿pintura dorada? Es el culmen del buen gusto. ¿No os parece que tiene cara de "soy un tipo misterioso e interesante" con esa pose? JA, JA, JA, JA. Qué pillín.
¿Los acosadores del insti se meten contigo por ser un bicho raro al que le gusta el antiguo Egipto, en lugar de Gran hermano? Con esta camiseta tus problemas se acabaron; la mirada furibunda del faraón niño les quitará las ganas de tonterías ¡Que la maldición de Tutankhamón caiga sobre todo aquel que se meta con los egiptomaníacos, y mueran fulminados por la espantosa visión de esta camiseta horrorosa! 
¿Eres un egiptomaníaco cachas y quieres lucir tus músculos cual coloso de Ramsés? Esta camiseta es perfecta para ti. Además, le han añadido un toque de elegancia sustituyendo los ojos de Tut por dos estrellas (¿¿??)...
Si no tienes sentido del ridículo y además posees el tipazo de la diosa Hathor, estos vestidos te irán de maravilla. Demuestra tu buen gusto y tu pasión por el antiguo Egipto con una sola prenda:

Tutankhamón por todas partes...Bueno, y Cleopatra (supongo). Sin duda estos vestidos son ideales para disimular los panderos grandes como ruedas de camión o las cartucheras. Believe me, sé de lo que hablo.
Como la egiptomanía no entiende de estaciones, ni de frío o calor, tenemos a nuestra disposición prendas egiptizadas tanto para la playa, como para tomarse un chocolate caliente delante de una chimenea mientras fuera cae una nevada al estilo de El día de mañana.
El egiptomaníaco hortera no puede quejarse de no tener a su alcance complementos egiptomaníacos para dejar clara su devoción por la cultura de los faraones (y su mal gusto) en invierno o en verano.
Y para las más coquetuelas, unas faldas con las que sin duda atraeréis todas las miradas, pero no precisamente por vuestro buen gusto.
La de la derecha tiene un PVP que se me asemeja a un 58 o un 88, lo cual es un robo a mano armada. Ni 0,58 € pagaba yo por esa versión choni de la muñeca de Elizabeth Taylor en Cleopatra.
No os riáis, amigos egiptomaníacos, que esto va en serio. Si hasta los grandes diseñadores de alta costura toman el antiguo Egipto como inspiración para sus creaciones ¿Que si son horteras? Juzgad vosotros mismos.
No me digáis que no os imagináis a la Pepi, la vecina del 5º, yendo al Mercadona a comprar así vestida...
Un modelito sencillo y práctico para ir a tomar unas copas a la taberna de Menkaura con las amigas. Las gafas de sol están muy vistas, así que mejor llevar una discreta y elegante máscara de Anubis (Se recomienda ir acompañada por una amiga o un perro lazarillo para no acabar aplastada por un camión en medio de la carretera).
Este es muy apropiado para ir al trabajo, al cole a recoger a los niños, o para ir a comprar el pan a la tienda de la esquina.
En esta foto podemos ver el gran parecido que hay entre estos vestidos de alta costura y los que llevaban las egipcias. Por si el parecido os dificulta saber cuál es el original y cuál la copia, la de la derecha es Nefertari (esta imagen no está retocada por mí, está tomada tal cual de internet). El tocado de cuernos es muy apropiado también para los amantes de la cultura vikinga, o para los que hayan descubierto una marca de pintalabios en el cuello de la camisa de su marido Manolo...
Miss Egipto...¿Eso rojo que veo son simpáticas culebrillas? Por Horus, están más vistas que Tutankhamón.
2. Más horrores faraónicos
Como estamos en plenas festividades de Carnaval, y el cutrerío en lo que a disfraces se refiere es infinito, me vais a permitir volver a torturaros ofreceros, una selección de nuevos y más horteras disfraces de egipcios:
50 sombras de Moisés. Esa mirada, ese pelucón de plástico del "Chino", ese látigo de piltrafilla...Ni el Grey ese ni nada. Esto sí que es un hombretón (esclavo hebreo para azotar no incluído). Mirad qué expresión, parece decir: Ven pa acá moreno, que te voy a poner mirando pa Abu Simbel.
¿Eres un piltrafilla, al contrario que tu primo el de arriba, pero también te van los azotes? No te preocupes, con este disfraz tu ligue no se dará ni cuenta de que esos músculos esculturales repletos de tatuajes no son tuyos (Advertencia: el color de los músculos de tela pueden no coincidir con tu tono de piel, y tu churri podría darse cuenta de que hay algo raro, pero eso ya es cosa tuya). Desconozco porqué este señor tiene la cara de un color y las piernas de otro; otro misterio más de los antiguos egipcios.
Y seguimos con los faraones con cara de haberse comido un yogur caducao y un serio complejo de tener los hombros estrechos. Aunque si lo miramos por el lado bueno, en febrero puede caer un chaparrón y seguro que ligas si le ofreces resguardo de la lluvia a tu churri debajo de tus hombreras, cual mamá gallina con sus polluelos. Hazme caso, esos detalles nos llegan al corazoncito.
El disfraz ideal para la parejita de egiptomaníacos horteras que hayan tenido la suerte de encontrar a su media naranja en otro egiptomaníaco igual de hortera que él/ella. (Pirámide cutre de tela no incluida, ni el sentido del ridículo tampoco, por lo que se ve).
Bueno, este sí parece tener más desarrollado el sentido del ridículo. No me extraña que hayas preferido que te tapen la cara, hijo mío...
No así su compañera, igualmente gótica, que lleva un color de ojos muy natural y muy habitual en las riberas del Nilo hace 3000 años; y hoy día, si antes te ha poseído Belcebú.
Ni nuestras simpáticas mascotas están a salvo de las horteradas egiptomaníacas. Angelitos, qué quietitos se están...¡Di no al maltrato animal!
Más horrores en la segunda parte: horteradas egiptomaníacas II.

2 comentarios:

  1. Genial, me he divertido muchisimo
    --tania

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Me alegra que te haya gustado. Gracias por pasarte por el blog, un saludo :)

      Eliminar

Hola, ¿Me dejas un comentario?

Blogging tips
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...