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martes, 23 de enero de 2018

Ramsés II, el hijo del sol (II parte): Faraón constructor

Rey de Egipto
Durante el tercer mes de shemu de 1279 a.C., en pleno verano, Seti I murió. El heredero, Ramsés II, tenía 25 años y varios hijos que garantizaban la sucesión.
Ramsés en su trono. Los dioses Seshat y Atum inscriben su nombre en la persea sagrada. Ramesseum
Después de los ritos de coronación, Ramsés eligió los nombres de titulación, como era costumbre. En su caso, estuvieron influidos por su admirado Amenhotep III, al cual quería emular para traer de nuevo a Egipto la época de conquistas y esplendor que el imperio egipcio había vivido durante el gobierno de su antecesor:
  • Nombre de Horus: Ka nakht Meri Maat (Toro poderoso, amado de Maat).
  • Nombre de Nebti: Mek Kemet uafjasut (El que protege Egipto y somete a los países extranjeros).
  • Nombre de Horus de oro: User renput aanejetu (Rico en años, grande en victorias).
  • Nombre de Nesut bity (praenomen): Usermaatra Setepenra (La justicia de Ra es poderosa, elegido de Ra).
  • Nombre de Sa Ra (nomen): Ramsés Meriamón (el hijo de Ra, amado de Amón).
El predominio de Amón y Ra, los dioses más importantes del momento, es evidente.
Nomen y praenomen de Ramsés inscritos en cartuchos
Faraón constructor
La principal función del faraón era mantener el Maat u orden en el país. Para ello, el rey debía realizar los ritos diarios en el templo (o en su lugar, los Sumos sacerdotes), las grandes ceremonias como la fiesta de Opet, defender el país de sus enemigos y construir monumentos para los dioses.
Sala hipóstila de Karnak, por R. Lepsius
Ramsés II cumpliría ampliamente con esta última obligación, sobre todo en los primeros años de su reinado. En Egipto, Nubia y Asia, el nuevo rey dejaría su nombre en monumentos de nueva construcción y sobre otros anteriores.
Tras la muerte de Seti I, su hijo se encargó de que se finalizaran las obras que habían quedado sin terminar, como la sala hipóstila de Karnak, el templo funerario de Seti I en Gurna, o el templo cenotafio de la ciudad sagrada de Osiris, Abydos. Aquí Ramsés también construyó su propio templo y se hizo representar en el monumento de Seti I como niño junto a su padre, delante de la larga lista de reyes de Egipto (con la excepción de aquellos condenados a Damnatio memoriae, como Akhenatón) para legitimar una vez más su ascenso al trono.
Lista real de Abydos
En Luxor (Tebas) Ramsés llevó a cabo una ampliación del templo añadiendo un patio y un nuevo pilono, al que precedían un par de estatuas colosales del rey y dos altos obeliscos, uno de los cuales fue trasladado a París en el siglo XIX, como regalo del pachá de Egipto Mohamed Alí a Francia. Fue instalado en la Plaza de la Concordia, donde aún se puede ver en la actualidad.
Patio construido por Ramsés II. Luxor
Pilono de Ramsés II, Luxor
Obelisco de Ramsés II, Plaza de la Concordia (París)
En la orilla izquierda del Nilo, como era costumbre al ser la tierra de los muertos, Ramsés comenzó a construir desde el primer año de reinado su templo funerario o templo de millones de años, más conocido por el nombre que le dio Champollion, el Ramesseum.  Su construcción duró 21 años y llegó a ocupar seis hectáreas de superficie, que además del propio templo funerario también incluían otro templo más pequeño para Nefertari y para la reina madre Tuya, y un pequeño palacio.
Además de funcionar como templo para rendir culto al rey fallecido, el Ramesseum también constituyó un enorme centro económico, administrativo y cultural. A su alrededor se levantaron las viviendas para los sacerdotes, además de talleres, oficinas, una biblioteca y una escuela de escribas (las llamadas "Casas de la vida") y almacenes abovedados para contener grandes cantidades de grano. Según Barry J. Kemp, los almacenes del Ramesseum podían alimentar a un total de entre 17000 y 20000 personas.
Del Rameseo también salían las provisiones para los artesanos de la ciudad de Deir el Medina, encargados de excavar y decorar las tumbas de los reyes.
Además, este templo tenía viñedos donde se cultivaban uvas con las que elaboraban un vino de gran calidad y prestigio.
Reconstrucción del Ramesseum
Aquí se encontró una estatua colosal del rey, derribada en el suelo y rota a consecuencia de un terremoto, que fue conocida desde la antigüedad como Ozymandias (deformación griega del nombre de coronación de Ramsés, Usermaatre). Esta estatua inspiró el poema de Percy Bysshe Shelley:
Estatua de Ramés II conocida como Ozymandias
Conocí a un viajero de una antigua tierra que dijo: <<dos enormes piernas pétreas, sin su tronco, se yerguen en el desierto. A su lado, en la arena, semi hundido, yace un rostro hecho pedazos, cuyo ceño y mueca en la boca, y desdén de frío dominio, cuentan que su escultor comprendió bien esas pasiones las cuales aún sobreviven, grabadas en estos inertes objetos, a las manos que las tallaron y al corazón que las alimentó. Y en el pedestal se leen estas palabras: "Mi nombre es Ozymandias, rey de reyes: ¡Contemplad mis obras, poderosos, y desesperad!" Nada queda a su lado. Alrededor de la decadencia de estas colosales ruinas, infinitas y desnudas se extienden, a lo lejos, las solitarias y llanas arenas>>. 
Reconstruccion del coloso de Ramsés II (Ozymandias). Por Christian Leblanc
En la antigua ciudad de los invasores hyksos, Ávaris, Seti I había construido un palacio, y había también un templo de Seth. Ramsés elegirá este emplazamiento para construir una nueva capital, Per-Ramsés, a comienzos de su reinado. El nombre completo de dicha ciudad sería Per Ramsés aa Nejetu, es decir, "El dominio de Ramsés grande en victorias".
El motivo de trasladar la capital al noreste del delta se debió al creciente interés egipcio en Asia; al estar más cerca de la frontera, el faraón recibía las noticias del este más rápidamente y, en caso de peligro, el ejército también podía actuar con más celeridad. 
Per Ramsés estaba rodeada de agua, lo que garantizaba la fertilidad de sus campos, y también tenía un puerto por el que recibir mercancías. Contaba con un gran palacio y templos dedicados a Ptah, Sejmet, Ra, Amón, el ya mencionado de Seth, y otro para la diosa extranjera Astarté. Los edificios principales estaban unidos por grandes avenidas. La presencia militar dejaba claro el origen estratégico de la nueva capital.
Per Ramsés. Según K. Kitchen
Encontramos una descripción de cómo pudo ser la vida en Per-Ramsés en la carta del escriba Pabasa al escriba Amenemopet:
He llegado a Per Ramsés y la he encontrado tremendamente próspera. Es un lugar de una belleza inigualable, parecido sin embargo a Tebas. Su fundador fue el mismísimo Ra. La vida en la Residencia es agradable; sus campos rebosan de todo tipo de productos saludables, y diariamente está bien abastecida de alimentos. Sus canales están repletos de peces, y los estanques de pájaros; en sus praderas abundan los verdes pastos [...]. Los frutos de los campos cultivados tienen regusto a miel. La cebada y el trigo colman los graneros [...]. En la ciudad abunda cada día la comida, y todos los que en ella habitan se regocijan y no tienen más deseos. En ella, los pequeños son semejantes a los grandes. Ven para que, en su honor, celebremos las festividades del cielo y las del solsticio de las estaciones [...]. Los jóvenes de la ciudad se visten día tras día con ropas de fiesta, el dulce aceite de oliva cae sobre sus cabezas, cuya melena es peinada de nuevo.
Pero la ciudad sería abandonada tiempo después, cuando los canales que la hacían tan fértil se secaron. Faraones posteriores harían trasladar los restos de la capital de Ramsés a la ciudad de Tanis, de modo que actualmente apenas queda nada de la magnífica "ciudad de la turquesa".
Arriba, reconstrucción de la escalera que conduce al estrado de la sala del trono en el palacio de Per Ramsés (Según W. Hayes), que también podemos ver en la recreación de abajo. 
En el país de Uauat (Baja Nubia) Ramsés II dejaría constancia de su poder sobre sus súbditos nubios con la construcción de una serie de templos de tipo speos y hemispeos (es decir, excavados en su totalidad, o en parte, en la roca). Estos templos son:

Templo de Beit el wali: dedicado a Amón Ra, Re Haractes, Anukis y Khnum. En sus muros vemos el dominio y sometimiento de los nubios al faraón, en escenas bélicas y en procesiones de productos exóticos que los súbditos de Nubia entregan al faraón. 

Ramsés II, acompañado de sus hijos mayores, luchando contra nubios
Templo de Beit el Uali. www.temples-egypte.net
Este templo fue comenzado durante el año dos de reinado de Ramsés, por lo que es el primero de sus templos nubios. En la década de los sesenta fue salvado de las aguas de la presa de Asuán, y vuelto a reconstruir junto al templo de época ptolemaica de Kalabsha.

Templo de Wadi es-Sebua: De tipo hemispeos, estaba dedicado a Amón Ra, Ra Haractes y a Ramsés divinizado. Recibe su nombre  (Wadi es-Sebua significa en árabe "Valle de los leones") por la avenida de esfinges que precede a la entrada. Fue lugar de residencia del Virrey de Kush.

Templo de Wadi es-Sebua
Templo de Derr: Tiene similitudes con el gran templo de Abu Simbel, ya que ambos son templos speos, y tienen una planta  y decoración similar. Además, también está dedicado a los dioses Amón Ra, Ra Haractes, Ptah y Ramsés divinizado. El faraón es representado haciendo ofrendas a distintos dioses, pero la decoración fue muy perjudicada cuando el templo fue reutilizado como iglesia por los primeros cristianos. Afortunadamente, este templo también fue salvado de las aguas de la presa de Asuán, y actualmente se encuentra muy cerca del santuario de Amada, de tiempos de Tutmosis III.

Templo de Derr de Ramsés II, situado en Amada. www.nilo.one

Gerf Husein: Aquí se excavó un hemispeos en honor del dios Ptah, Ptah-Tatenen y Hathor. Fue construido por artesanos locales bajo la supervisión del virrey de Nubia, Setau. Tras la construcción de la presa de Asuán en los años sesenta la parte del templo que no estaba excavada en la roca fue desmantelada y reconstruída en Nueva Kalabsha. Por desgracia, la mayor parte del templo excavado en la roca se dejó in situ, por lo que ahora se encuentra bajo las aguas, aunque su estado de conservación no era muy bueno.

Parte del templo de Gerf Husein rescatada
Parte del templo excavada en la roca, hoy bajo las aguas. Dibujo de D. Roberts
Los templos de Abu simbel: inspirándose en los templos nubios de Soleb y Sodeinga, construidos en tiempos de Amenhotep III, Ramsés encargó un ambicioso proyecto a su Virrey de Kush: Debían excavarse dos templos speos al norte de la segunda catarata. El Virrey Iuny eligió dos cerros rocosos, conocidos como Meha e Ibshek, donde se había rendido culto a Hathor. Así, comenzaba la construcción de dos de los templos más famosos de Egipto, al cargo del copero real de origen asiático, Ashahebsed.
En el primero se excavaría el Gran templo de Abu Simbel, dedicado a Amón Ra, Ra Haractes, Ptah y Ramsés divinizado. Su entrada estaba dominada por 4 imponentes estatuas sedentes del rey de 20 metros de altura, al que acompañaban, en menor tamaño, la reina Nefertari, la reina madre Tuya y algunos de los hijos del rey con sus dos primeras esposas.
En su interior, los muros nos muestran al rey como guerrero luchando en Qadesh, y como sacerdote adorando a los dioses.
En Ibshek se excavó el templo pequeño, dedicado a la reina Nefertari (por la que brilla el sol) y a Hathor. Su fachada consta de cuatro estatuas de pie del faraón, y otras dos de Nefertari, que tiene el mismo tamaño que su esposo. A menor tamaño aparecen los hijos de la pareja real.
Gran templo de Abu Simbel
Reconstrucción de  la policromía original del Gran templo
Templo pequeño de Abu Simbel. Sobreegipto.com
Ramsés y Nefertari ofrendando flores a la diosa Hathor
Originalmente, los templos de Abu Simbel estaban situados 60 metros más abajo y 150 metros más al este que en la actualidad. Esto se debe a su traslado en la década de los 60 a una ubicación más alta para evitar que quedaran inundados por la ya mencionada construcción de la presa de Asuán. Con un presupuesto de 40 millones de dólares, varios países colaboraron para salvar los templos de Ramsés II.
Traslado del templo de Abu Simbel
Puedes leer la primera parte "Ramsés, el hijo del sol" aquí.

Bibliografía:
-MENU, BERNADETTE (1998): Ramsés II. Ed. Ediciones B. España, Barcelona.
-DESROCHES NOBLECOURT, C. (1998): Ramsés II, la verdadera historia. Ed. Ediciones Destino. España, Barcelona.
-CASTELLANO, Nuria. "Abu Simbel, el gran templo de Ramsés II". National geographic Historia. 2011, nº 91. Páginas 28-39.
-CASTEL, Elisa. "Ramsés II, el faraón constructor". National Geographic Historia. 2013, nº 111. Páginas 32-43.
-ESTRADA, Fernando. "Ramsés II, el legado del gran constructor". National Geographic History. 2003, nº 1. Páginas 46-59.

    lunes, 8 de enero de 2018

    Revista Egiptología 2.0 (nº 10 enero 2018)

    Buenos días y feliz año nuevo, egiptomaníacos. Terminadas las fiestas navideñas nos llega un nuevo número de la revista Egiptología 2.0.
    Egiptología 2.0 nº 10 (enero 2018)
    En esta ocasión podremos leer interesantes artículos sobre los sarcófagos, el dios Amón, la momificación de animales, o el templo de Hathor en Dendera, además de la entrevista al historiador Tito Vivas, entre otros.
    En este décimo número (y parece que fue ayer cuando empezamos) yo he escrito sobre la sexualidad y el amor en el antiguo Egipto, tanto en el mundo humano como en el divino. 
    Ostracón con imagen erótica
    "El escenario perfecto para la seducción eran las fiestas, en las que había música y banquetes, durante los cuales se comía y bebía, a veces en exceso. Podían terminar con un paseo y un encuentro sexual en la intimidad del jardín, rodeados de árboles y vegetación que ocultasen a los amantes de testigos indeseados".
    Si queréis seguir aprendiendo sobre Kemet, no dudéis en descargar  AQUÍ de forma totalmente gratuita el nuevo número. Este mes tiene nada menos que ¡172 páginas! (por eso veréis que aparece un mensaje en el que se nos dice que no puede haber vista previa, como en los otros números, sino que tendréis que descargarla directamente para leerla). Yo creo que es un muy buen regalo de Reyes.


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